De los maestros que he tenido me quedo con aquel que viajó al futuro conmigo, aquel que depositó en mi alforja más que pensamientos, utensilios e instrucciones para su uso, piezas fantásticas que se activaban a medida que iba creciendo.
Aquel que me señalaba los lugares, mi padre siempre, aquel que aprendía cuando me enseñaba y se emocionaba como quien era enseñado.
La mejor herencia que puedes recibir de los maestros es la que llevas a cuestas, la que vas convirtiendo en semillas, y sembrando a medidas que creces y caminas por la vida, y en ese andar dejas hilera de árboles, así tu sombra se hace cada vez más larga con el paso del tiempo.
Maestro, el que te enseña a caminar y no el camino, si el horizonte. Me quedo con esos maestros, con los que te invitan a elegir un instrumento y comprometerse contigo hasta ser parte de él y volverte invisible.
Esos son los maestros que recuerdo, nos los que me enseñaron, sino los que aprendían conmigo.
José del Carmen Palacios Aguilar, M.Arch. ETSAB
Lima, 2021