Son muchos los arquitectos y empresas de arquitectura que recurren a concursos para conseguir proyectos y nuevos encargos.
Sobre el porqué de optar por un modelo de negocio basado en muchas horas de trabajo que en la mayoría de las ocasiones no tiene un beneficio económico para la empresa, es algo que ya comentamos en un artículo anterior.
Sin embargo, y una vez tomada la decisión por parte de un estudio de participar en un concurso de arquitectura, resulta interesante analizar, desvelar y compartir las estrategias planteadas por los arquitectos que les han permitido ganar dichos proyectos.
Y resulta interesante porque ganar un concurso implica convencer, persuadir y vender una idea a un cliente (en este caso a un jurado). Es decir, comunicación en estado puro.
Además, implica plantear una solución mejor y más inteligente que el resto de equipos de arquitectos que compiten por obtener el ansiado encargo.
Conocer y analizar estas estrategias planteadas por nuestros compañeros es una de las mejores formas de aprender y poder aplicar dicho conocimiento en futuros proyectos o ante posibles clientes privados.
Sorprende. Llega donde nadie había pensado llegar
Si hay una estrategia común en muchos de los proyectos de concursos ganados, esa es la de ofrecer una solución que aporte algo más al mero hecho de resolver funcional y estéticamente un problema concreto.
Eso fue lo que hizo el equipo de Vaumm para ganar el concurso del diseño de un garaje en Galtzaraborda un barrio situado en el municipio de Errenteria.
El concurso planteaba el diseño y construcción de un garaje en un solar sin urbanizar y que, debido a un desnivel pronunciado, constituía una verdadera fractura en la continuidad del tejido urbano del barrio.
El equipo de Vaumm, estudio de arquitectura ubicado en San Sebastián y conocido por proyectos como el Basque Culinary Center, vio la oportunidad de plantear y transformar dicho garaje en una infraestructura urbana que resolviera, además del estacionamiento de los vehículos, la accesibilidad del barrio.
Esta estrategia permitió además tomar una decisión que puede considerarse la clave del proyecto y una de las razones por las que finalmente ganaron el concurso: dividir el edificio del garaje en dos.
Esta fragmentación aporta por un lado flexibilidad económica para poder ejecutar por partes el proyecto.
Además, se aprovecha el desnivel de la parcela, generando dos edificios que se adaptan a la topografía, minimizando el impacto visual dentro del barrio y permitiendo crear zonas verdes y conexiones que mejoran la accesibilidad de los vecinos.
En el siguiente vídeo, Íñigo García Odiaga de Vaumm explica en un minuto la estrategia del proyecto:
Cuando lo normal hubiera sido plantear un edificio de garaje para coches, Vaumm decide generar una infraestructura que mejore la accesibilidad de un barrio.
Cuando lo normal hubiera sido diseñar un edificio de aparcamiento de gran escala, Vaumm decide diseñar dos con menos impacto visual, adaptándose a la topografía y generando a su vez zonas verdes para los vecinos.
Cuando lo normal es plantear una solución a un problema de estacionamiento, Vaumm decide ir más allá y resolver también la accesibilidad de todo un barrio.
Los concursos no son el mejor modelo de negocio para los arquitectos y sus empresas. Sin embargo, hay mucho que aprender de ellos para seguir ofreciendo soluciones que mejoren nuestras ciudades y la calidad de vida de sus habitantes.