El pasado 26 de enero tuvo lugar en las instalaciones de la Universidad Politécnica de Valencia el Primer Congreso sobre Neuroarquitectura en España. Un momento muy esperado para las personas afines a esta disciplina que, ya sea por intereses personales o profesionales, se acercaron al evento para disfrutar de las ponencias del equipo de investigación del Instituto Universitario de Investigación de Tecnologías Centradas en el Humano.
Asistieron unas 120 personas, sobre todo del ámbito de la arquitectura, que compartían un interés común; ¿Cómo facilitar sensaciones de bienestar a través del diseño y la arquitectura? La respuesta es unívoca; mediante la investigación.
La piedra angular del congreso fue la ruptura de mitos que han ido floreciendo en los últimos meses. Frases como “los siete pilares de la Neuroarquitectura” o “que la neurotecnología puede leer la mente de las personas” fueron algunas de las invenciones que se desmintieron durante las ponencias. Ni la Neuroarquitectura es una forma de hacer arquitectura, ni un estilo, ni una moda… Tampoco existe –ni podrá existir– algo así como un “manual para aplicar la Neuroarquitectura” con “sencillos trucos” que tengan “validez universal”. Lejos de todos estos mitos que encontramos en un sinfín de publicaciones en internet, esta emergente disciplina está empezando a forjarse, de manera cada vez más sólida, gracias a estudios de investigación que arrojan luz, de manera precisa y concreta, sobre las relaciones que el espacio tiene con las personas. Los parámetros del diseño que inciden en el estrés,1 la influencia de los entornos naturales en la salud física y mental2 o cómo mitigar la sensación de estrés en una sala de espera de atención pediátrica3 fueron algunas de las comunicaciones que se compartieron y debates que se abrieron.
De acuerdo con Mª Carmen Llinares, directora del Laboratorio de investigación de Neuroarquitectura desde hace más de 20 años, en la actualidad podemos encontrar la Neuroarquitectura en dos vertientes. La primera y principal, dedicada a la investigación, y la segunda la que se preocupa de aplicar estas investigaciones en contextos de diseño.
La Neuroarquitectura Experimental es la aplicación de herramientas de Neurociencia para analizar la respuesta del sujeto ante el espacio arquitectónico. Con una metodología claramente definida que el investigador, arquitecto y doctor, Juan Luis Higuera-Trujillo compartió con una claridad meridiana en su primer panel. Para poder seguir obteniendo conocimientos sólidos de la relación que la personas tenemos con el espacio es indispensable que haya investigación. La financiación de proyectos de investigación para poder ahondar en las relaciones que las personas tienen con el espacio es condición indispensable para que se pueda seguir generando conocimiento en esta área.
Por otro lado, la Neuroarquitectura basada en literatura científica, es la disciplina que hace uso de estas investigaciones. Así, estudiando las necesidades cognitivas, fisiológicas y socio-emocionales de las personas que habitarán los espacios, se podrá ofrecer soluciones concretas para el diseño utilizando esta literatura científica.
En cuanto a la Neuroarquitectura Experimental, en el ámbito científico no hay equivocación sobre las bondades y la necesidad de seguir abriendo vías de investigación de esta disciplina. Hay muchas personas de grupos de investigación de todo el mundo que bianualmente presentan sus resultados científicos en congresos como los que organiza la ANFA, se debaten los resultados y se continúa investigando, exactamente igual que sucede en otras disciplinas.
En cuanto a la Neuroarquitectura basada en literatura científica, es algo muy incipiente en España y ya empezamos a ver formaciones dedicadas exclusivamente a formar a personas para tener el criterio suficiente como para poder hacer una curación de artículos que dé soporte científico a la toma de decisiones en los proyectos de arquitectura. Este desarrollo de criterio científico requiere de una preparación que es todavía incierta. Aunque en Google Scholar podamos encontrar algunos de estos papers en Neuroarquitectura, se necesita formación para saber detectar los trabajos que hayan usado herramientas y metodologías cuya fiabilidad y validez sean lo suficientemente reseñables como para poder decir que se está haciendo uso de la Neuroarquitectura.
Además de conocimientos de inglés para entender el contenido de los papers, conocimientos en Neurociencias y estadística, para valorar los resultados de los estudios, y un acentuado sentido del criterio para evaluar si la publicación, pese a estar en una revista Q1 y haber sido citada 340 veces, da pistas suficientes para el proyecto. A esto necesitamos sumarle la habilidad de poder conocer las necesidades del usuario. La única opción que, a día de hoy, parece viable, es la creación de equipos multidisciplinares que puedan hacer esta curación y evaluación de artículos para su uso en el proceso de diseño.
Después de este congreso, parece que ha quedado claro que la Neuroarquitectura puede ser tendencia, pero no es una moda Estamos ante un ámbito de investigación que ahonda en el bienestar de las personas de manera objetiva y rigurosa.
Si bien, a lo largo del congreso se hizo referencia constante a la necesidad de hacer estas investigaciones en entornos controlados para que los resultados sean considerados de validez científica, queda mucho conocimiento por descubrir para seguir poniendo en valor el papel que el espacio que habitamos tiene en nuestra salud integral.
Notas:
1 Hala Medhat Assem, Laila Mohamed Khodeir, Fatma Fathy, «Designing for human wellbeing: The integration of neuroarchitecture in design. A systematic review»,
Ain Shams Engineering Journal,Volume 14, Issue 6 (2023). https://doi.org/10.1016/j.asej.2022.102102
2 Cristina Vert, Gonzalo Sánchez-Benavides, David Martinez, Xavier Gotsens, Nina Gramunt, Marta Cirach, José Luis Molinuevo, Jordi Sunyer, Mark Nieuwenhuijsen, Marta Crous-Bou, Mireia Gascon, «1971 – Effect of Air Pollution on Anxiety and Depression in Adults: A Cross-Sectional Study», Journal of Transport & Health, Volume 5, Supplement,
(2017), pág. S95. https://doi.org/10.1016/j.jth.2017.05.252.
3 Multisensory stress reduction: a neuro-architecture study of paediatric waiting rooms, Building Research & Information, 48:3 (2020) pp. 269-285, DOI: 10.1080/09613218.2019.1612228