Editado por la Fundación Caja de Arquitectos y dirigido por Andrés Fernández Rubio, periodista cultural de El País, la producción se proyectó ayer jueves a las 21.30 en el convento de Santa María de los Reyes de Sevilla dentro del ciclo Cine y Arquitectura organizado por la Consejería de Fomento y Vivienda.
Cuando en 1999 “La Pagoda”, una de las obras más populares del arquitecto Miguel Fisac, comenzó a ser demolida en la carretera del aeropuerto de Madrid, un numeroso grupo de arquitectos jóvenes se concentró al pie del edificio para intentar detener el derribo. No lo consiguieron, pero la polémica suscitada sirvió para que mucha gente, y no sólo arquitectos, se interesara por la figura y la obra de Miguel Fisac.
Enigmático, solitario, viajero e inventor imaginativo, el documental que proponemos sigue la trayectoria de Fisac desde sus orígenes manchegos (un universo campestre que luego se reflejará en trabajos suyos como la silla de pata de gallina) hasta su llegada a Madrid y su proyección como uno de los arquitectos más influyentes, complejos e incomprendidos del periodo franquista y de los años de transición política a la democracia.
Descubriendo a un desconocido · El País (2013)
En una hipotética lista de los grandes arquitectos desconocidos en el
mundo, él ocuparía uno de los primeros lugares. Definido como un
inventor imaginativo y apasionado que se arriesgaba con proyectos muy
comprometedores sin temor al ridículo, el arquitecto manchego-madrileño Miguel Fisac es el protagonista del documental La delirante historia de La Pagoda (The Freaky Story of the Funky Skyscraper, en su versión en inglés). Editado por la Fundación Caja de Arquitectos y dirigido por Andrés Fernández Rubio, responsable del suplemento El viajero de El País,
la producción se proyectará este jueves a las 21.30 en el convento de
Santa María de los Reyes de Sevilla dentro del ciclo Cine y Arquitectura
organizado por la Consejería de Fomento y Vivienda.
Según explica Fomento, en el documental se recoge la obra y figura de
Miguel Fisac, una piedra angular de la arquitectura moderna española.
La Pagoda, como popularmente era conocida la sede de los laboratorios
Jorba, fue un edificio ubicado en la autopista de Zaragoza. El singular
edificio fue demolido en 1999 al no estar incluido en el catálogo de
edificios protegidos de Madrid, y su privilegiada ubicación lo hizo
víctima de la especulación inmobiliaria.
“Este documental pretende ser también un viaje. No solo un viaje
histórico, sino sobre todo un viaje por Madrid. Muchos de los mejores
edificios de Fisac están en la capital y, para los que no conozcan a
fondo su obra, el documental puede ayudarles a distinguir algunas de
ellas. La mayoría de sus construcciones en Madrid son más que notables
y, varias de ellas, como el Centro de Reproducciones Hidrográficas y la
Iglesia de los Dominicos, extraordinarias”, explica Fernández.
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Los arquitectos comparan el derribo de «La Pagoda», de Fisac, con la quema de un «miró» · El País (1999)
La demolición de La Pagoda, de Miguel Fisac, obra emblemática del
arquitecto y edificio de enorme valor artístico según los arquitectos
consultados, fue atribuida ayer por su autor a un ataque personal
promovido por el Opus Dei a través del Ayuntamiento de Madrid. Fisac, de
86 años, dice que la licencia de derribo responde a intereses de la
«secta» de la que él fue miembro numerario entre 1936 y 1955, y con la
que rompió para siempre. Sus compañeros denunciaron ayer la brutalidad
de la acción emprendida bajo licencia del Ayuntamiento: «Es como quemar
un miró», dijo Juan Navarro Baldeweg.
La indignación ante el derribo (aún no consumado del todo) de la obra de
Miguel Fisac, que según el Colegio de Arquitectos de Madrid fue
autorizada «por un aparejador», era ayer la tónica general en la
profesión. Fernando Chueca Goitia, decano del Colegio y académico de
Bellas Artes, anunció que el Colegio condena el derribo y pidió que se
detengan las obras inmediatamente, informa . «Eso es lo primero, luego
hay que ver cómo es el proyecto y pensar en reconstruir el edificio, si
todavía fuera posible». Otros arquitectos de prestigio, como Juan
Navarro Baldeweg, apelaron a razones tanto sentimentales como técnicas
para calificar la desaparición del edificio como una barbaridad:
«Siempre que pasaba por allí me maravillaba. Era una obra que te hacía
girar la cabeza con agradecimiento y afecto. Tiene fuerza, valor y un
concepto de juego exquisito. Tirarlo es un desprecio para todos, como si
quemaran un miró». Otros, como Emilio Tuñón, dijeron que es indignante,
y que «cosas así en Barcelona no pasan».
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Valeria Saccone /
Miguel Mora /
Charo Nogueira
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