«Mis propias casas me han dado la oportunidad de perseguir la fantasía, arriesgando solo mi propia comodidad».1
La cabaña
Con este texto nos proponemos acercarnos a la casa del arquitecto o, dicho con otras palabras, al modo en qué los arquitectos construyen su propia casa o sus lugares de trabajo, los estudios. Hay algunos ejemplos muy famosos, como el Cabanon de Le Corbusier; otros, no tanto. Pero siempre, las casas de los arquitectos, que son muchas y muy variadas, nos permiten conocer el modo en que ellos entienden la arquitectura.
Hemos elegido tres casas especiales que en realidad son unas cabañas.
¿Y qué es una cabaña?
Una cabaña es un refugio, una vivienda temporal que tipológicamente se caracteriza por ser un espacio único o apenas compartimentado, donde se desarrolla el vivir cotidiano.
Estos tres ejemplos representan tres momentos de la modernidad avanzada. La primera la construyeron los arquitectos Alison and Peter Smithson, dos discípulos de Mies van der Rohe, que hacen una arquitectura netamente moderna pero no tan extrema como la de los pioneros del Movimiento Moderno. Si el Mies de la casa Farnsworth no parece especialmente preocupado por los valores del lugar, la cultura, el clima, la vegetación o la ecología, los arquitectos de la segunda modernidad incorporan a su arquitectura todos estos elementos, como podemos ver, por ejemplo, en los casos de George Candilis o José Antonio Coderch.
La segunda es una cabaña netamente moderna, que Ralph Erskine, su autor, llama The Box. Erskine cultiva una modernidad alternativa que Kenneth Frampton comenzó a llamar «regionalismo crítico», cuyos precursores podrían ser otros nórdicos como Markelius, Asplund, Lewerentz o Aalto.
Por último, haremos referencia a la Orinda House de Charles Moore, un arquitecto de gran interés pero un tanto denostado en la actualidad.
Thoreau y la primera huida de la sociedad industrial
Henry David Thoreau fue un cuáquero que vivió en la primera mitad del siglo XIX (1817-62). Es de un personaje muy importante para la cultura de los EE.UU. y en particular, de su literatura (acuñó, por ejemplo, el término «desobediencia civil«). En un momento dado decidió retirarse a vivir al bosque y construir su propia cabaña, para de este modo, descubrir lo que denominó
«las verdaderas necesidades esenciales».
Esta actitud de Thoreau —el retorno a la naturaleza, la desconfianza ante la civilización capitalista, la huida de la sociedad industrial— ha quedado como impresa en la cultura occidental.
Thoreau2 nació en Concord (Connecticut, Massachusetts), una ciudad es muy occidental situada en Nueva Inglaterra, uno de los primeros estados americanos que tuvieron una constitución escrita. El poeta renegaba —aunque solo fuera de forma sesgada— de la ciudad que le había tocado vivir; y pensaba que en esa huida, el hombre se podría reconstruir a sí mismo viviendo en contacto con la naturaleza. Por eso se construye un refugio y se convierte en el inmediato precursor del alejamiento de la sociedad industrial tecnificada, tan habitual en nuestros días, y que está presente en todas las cabañas.
Thoreau pretendía demostrar que el contacto con la naturaleza liberaba de la sociedad industrial: le convertía en un hombre libre. Allí escribió su célebre libro Walden. Life in the Woods (1854), en el que relata esta experiencia:
«Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida. Es tan hermoso el vivir. Tampoco quise practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesaria. Quise vivir profundamente y extraer toda la médula de la vida».3
Esta actitud es, en cierto modo, semejante al eremitismo de los monjes cristianos, y más antiguamente, de los eremitorios en el desierto. No del monasterio, ya que este supone ya una organización social, una vida en común, una sociedad ordenada.
¿Cuál es la clave de una cabaña?
Las cabañas no tienen instalaciones sanitarias, y su centro es el hogar, sobre todo si el clima es extremo: es la única infraestructura necesaria para habitar. Una cubierta y un hogar —una salamandra o una chimenea—; las otras necesidades se realizan a la intemperie. No hay agua corriente, no hay luz eléctrica, solo fuego. Antiguamente se cocinaba en las chimeneas (en Galicia, en las lareiras). Le Corbusier también construyó una cabaña, pero su Cabanon estaba adosado a un restaurante…
La cabaña de Thoreau posee esas características. Actualmente existe una reproducción de la construcción originaria, que es en realidad, una construcción típicamente americana: un pequeño pabellón a dos aguas, adosado a una chimenea de ladrillo, con dos amplias ventanas de guillotina y una fachada construida con pequeñas tejas de madera o ripios. La cabaña de Thoreau es el antecedente inmediato de los tres ejemplos que veremos a continuación.
Ralph Erskine,4 The Box (Lissma, Suecia 1941)
Ralph Erskine (1914-2005) nació en Northumberland, al norte de Inglaterra, en el seno de una familia fabiana, de origen escocesa y formación puritana; de hecho su padre era ministro presbiteriano. Al acabar sus estudios de arquitectura se trasladó a Suecia para aprender de los que él consideraba sus maestros (Markelius, Lewerentz y Asplund) y también, porque en aquel momento Suecia era el único país occidental donde se estaban desarrollando políticas socialistas.
El desarrollismos5 es un movimiento socialista, utópico y británico, no revolucionario, que formó parte del fundamento del futuro partido laborista británico. Tuvo su origen en la Sociedad Fabiana, nombre tomado del político romano Quinto Fabio Máximo. Algunos de sus miembros fueron George Bernard Shaw o H.G. Wells, y se caracterizaban tanto por su pragmatismo como por constituir la primera reacción al capitalismo rampante del siglo XX.
The Box es una cabaña para una familia de cuatro miembros: Erskine, su esposa Ruth y sus dos hijas. Una pequeña cabaña construida a mano entre 1941 y 1942 en condiciones económicas de guerra y escasez de trabajo. El terreno le fue cedido por un agricultor, y en él se construyó un hogar temporal en el que vivirá cuatro años, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Erskine no se trasladó a Lissma (Suecia) por razones de orden económico, sino por convicción. Su manera de entender el mundo y la sociedad moderna era eminentemente negativa, y al igual que Thoreau, buscaba vivir una vida más auténtica.
La cabaña fue construida por dos personas, a mano y con algunos elementos de derribo, obtenidos de la naturaleza de su entorno. Es un recinto de apenas 20 m2, dividido por la chimenea de leña (el hogar) en dos estancias: un salón-dormitorio y una cocina-comedor. El primero servía también como cuarto de trabajo.
The Box no tenía agua corriente, ni electricidad ni baño: sólo luz y calor (esa era la máxima funcionalidad a la que aspiraba). Por la noche, la cama del dormitorio desciende del techo mediante unas poleas, ocupando la sala de estar-estudio. El escritorio es una pléyade que se despliega en los momentos de trabajo.
Chimenea de hormigón —un material acumulador de calor de gran inercia térmica— encofrada con un somier metálico. Erskine introduce en ella elementos cerámicos que permiten la circulación por la estancia del aire caliente por convección. (Fig. 3.02)
Erskine aparece vestido con traje y corbata. La cabaña, por tanto, no es el refugio del hombre primitivo, sino un hogar civilizado.
Una silla de madera laminada. No es una cabaña autóctona: es una cabaña moderna.
La cabaña es un lugar de trabajo. El hogar se convierte en estudio: una estantería, los planos de la cabaña, unos pocos libros y una mesa de trabajo plegable que oculta el desorden habitual. Erskine dibuja a mano y con regla, instrumentos que nos dicen que también se puede hacer arquitectura con estos elementos tradicionales.
En la cara norte de la cabaña se puede ver su carácter de refugio. Erskine aparece de nuevo en la imagen con corbata y polainas. Esta fachada se utiliza fundamentalmente para acumular madera, condición de supervivencia. No es un aislamiento. Sí forman parte del aislamiento los armarios empotrados que cubren por completo la fachada norte, salvo la puerta.
The Box se edifica sobre un podio.
El terreno construido es un terreno cedido por un granjero; al fondo se ven unas colmenas. La fachada principal, al sur, está muy acristalada y cuenta con una terraza. El cuerpo de la chimenea de piedra sobresale al exterior para colocar una barbacoa o poder estar en el exterior durante el invierno.
No es una cabaña vernacular. La vocación de esta cabaña es ser moderna, y por lo tanto la techumbre evoca la cubierta plana. La cubierta solo tiene un agua. La construcción se realiza por capas.
Construida con materiales de desecho de obras y piedras del entorno, no tiene jardín: es una cabaña en medio del bosque. Por lo tanto, no existe una voluntad de dominio sobre la naturaleza.
La construcción se realiza con unos pies derechos, cerramiento de tablas solapadas, carpintería de madera y vidrios sencillos. Las pérdidas térmicas durante el invierno eran elevadas y los huecos se cerraban con contraventanas de madera. Erskine tiene que corregir la improvisación, usando su propia obra como banco de pruebas.
Las ventanas de la cocina matizan la luz con tablas perforadas, usadas también para la ventilación.
La construcción en voladizo y el podio nos hablan de la modernidad de esta cabaña.
Cubierta de cinc o de plomo. En esta vista desde la fachada norte se puede apreciar que se trata de una construcción muy pequeña, de aproximadamente 6 x 3,6 m.
El interior, sin compartimentación, posee diferentes ambientes separados por la chimenea, un hogar que está en el centro de la vivienda.
Se trata de una casa muy apetecible para el verano pero realmente incómoda para el invierno.
Planta de la cabaña. Lo primero que llama la atención es la carencia de baño, por lo que es necesario salir a la intemperie del invierno (con riesgo de los osos). Los planos que dibuja Erskine son muy minuciosos.
Es una cabaña de madera y lógicamente, la parte más sólida es el hogar. Al norte se sitúan los armarios empotrados y el almacenaje de leña.
Alzados. Al principio, la chimenea interior era ‘de diseño’, pero finalmente el arquitecto construye algo con más inercia térmica. Es una construcción con cámara de aire, con relleno de aislante o no (durante esa época, en EEUU se utilizaban para ello finas capas de aluminio).
Detalle del clavado de la madera desbastada sin tratamiento superficial.
Alison y Peter Smithson, Upper Lawn (Wiltshire, Reino Unido,1959-1962)
Un joven matrimonio de arquitectos, Alison y Peter Smithson, construyen una casa en Fonthill, condado de Wiltshire, Inglaterra. La casa está situada al sudoeste de Londres y constituye su segunda vivienda, una residencia de fin de semana.
La casa forma parte de una antigua granja, y se levanta a partir de un viejo muro derruido en torno a una chimenea. La edificación se apoya en el muro, orientado al norte, y barre la orientación este-oeste, buscando la máxima exposición solar.
La casa —planteada como una verdadera cabaña— permite a los Smithson experimentar una manera de construir que no estaba permitida por la legislación de su lugar de trabajo habitual, Londres, en todo lo referente a materiales de fachada, de cubierta, etc. Durante el proceso de construcción, los arquitectos fueron recogiendo sus impresiones y experiencias. Es significativo el momento en el que se unos lienzos de plástico traslúcido en espera de los vidrios de las carpinterías.
La idea de la autoconstrucción nos recuerda a la cabaña tradicional. Es autóctona, pero el compromiso con el refugio no es exactamente igual al de Erskine. Esta es una cabaña absolutamente moderna, una vivienda de vacaciones para unos arquitectos excéntricos con sus hijos.
Son célebres sus dibujos en blanco y negro. Entre los dibujos originales se puede ver, por ejemplo el plano 0, que recuerda en su cuidado a Dimitris Pikionis y en sus dibujos de la Acrópolis de Atenas, donde el arquitecto griego va dibujando los pavimentos con gran respeto y la intención de no modificar nada del entorno.
Es una cabaña que tiene sobrado y fallado, rodeada de carpinterías. La planta baja se desarrolla en torno a la chimenea. Tiene aseo. No hay agua corriente, sino un pozo.
Los dibujos son minuciosos y tienen detalles particularmente interesantes: un árbol, al parecer, dibujado con tanta preocupación como por la edificación. El muro es una posible referencia de Manolo Gallego, cuando construye su casa de Corrubedo. El espino, el pozo, el catavientos…
El fallado se desarrolla en torno al hogar. La techumbre nos revela cómo se levanta el sobrado. En la planta alta, una salamandra. El acceso al sobrado, en el que no existe distribución o compartimentación, se realiza a través de una escalera de mano. Para dormir, se extienden —obviamente— unos jergones.
Es una construcción típica de madera. Una foto del edificio en construcción permite ver el pórtico de hormigón y una estructura de madera de pies derechos atornillados a las viguetas de madera.
La cabaña es autoconstruida. En la imagen se puede ver a Alison trabajando en una mesa colocada en el jardín; a lado un capazo.
El compromiso con la modernidad es evidente aquí. El revestimiento metálico de chapas de aluminio, que aíslan y reflejan la luz, actuando como capas de baja emisividad térmica.
Puerta metálica enrasada y buzón en acero galvanizado (o aluminio). El umbral de la puerta es de piedra, lo cual nos habla de una cierta sensibilidad hacia las preexistencias.
Ambigüedad entre el interior y el exterior en la ventana del jardín.
La idea de la casa solar, expuesta durante el día al calor del sol, no funcionaba bien durante el invierno. Su rehabilitación con estores nos recuerda sus orígenes, vinculados a la experimentación y la improvisación. Estos parasoles fueron necesarios finalmente para garantizar privacidad y protección solar durante el verano. Posteriormente, los arquitectos añadirán también una salamandra como sistema de calefacción para el invierno.
Charles Moore,6 Orinda House (California, EEUU, 1962)
Charles W. Moore fue un personaje muy influyente en la cultura de los Estados Unidos en el siglo XX. Arquitecto, doctor en filosofía y director de varias Escuelas de Arquitectura, es considerado una personalidad políticamente incorrecta, relacionada con el postmodernismo. Francisco Javier Sáenz de Oíza elogió un libro suyo sobre la vivienda. Soltero empedernido, la construcción de su casa fue un proyecto en el que involucró a sus alumnos, su verdadera familia.
Orinda House está en Orinda Walley, cerca de Oakland, California. Se construye cuando Moore ocupa una cátedra en la Universidad de California. El propio arquitecto se referirá a su interés por la cabaña vernácula o choza primitiva como origen del diseño de esta vivienda.
En efecto, Orinda House es una cabaña: un único espacio en el que introduce dos baldaquinos por los que entra la luz. Curiosamente uno de ellos es un baño —entendido como una actividad ritual—, dignificando de este modo un uso considerado estrictamente funcional en la vivienda moderna.
«Lo que todas mis casas tienen en común (además de su modestia y de mi presencia en ellas) es un gran gesto formal, y dado que no había un cliente, salvo yo mismo, que pudiera resultar perjudicado, me dieron ocho oportunidades singulares de caminar al borde del abismo».7
La casa, de planta cuadrada, está apoyada sobre un basamento, y posee columnas dórico-toscanas de forma piramidal truncada. La cubierta de madera reúne bajo un único volumen los dos lucernarios. Las columnas fueron recuperadas de una demolición —al precio de dos dólares cada una de ellas— y restauradas. No responden a un uso estructural, sino que funcionan como una delimitación del espacio interior, definiendo dos edículos.
El cerramiento en forma cruz gamada deconstruye las esquinas. La planta se compartimenta ligeramente en la fachada norte (cocina, baño y vestidor), un planteamiento que le acerca a Kahn, con su clásica diferenciación entre espacios servidores y espacios servidos. Naturalmente, se trata de una cabaña, pero una cabaña ilustrada. ¡Una casa tan pequeña con un piano…!
Lo vernáculo está aquí perfeccionado por la cultura. Un pabellón a cuatro aguas, no simétricas y cubierto por lucernarios, con columnas dórico-toscanas (las granjas no tienen lucernarios). Es sorprendente, por otra parte, la gran cantidad de vidrio que hay.
No hay mucha documentación sobre la planta, salvo que se trata de un cuadrado casi perfecto. Las esquinas, de vidrio, desaparecen en un gesto postmoderno. Una cabaña muy abierta al paisaje y con un único ámbito. El único espacio cerrado es el inodoro.
En el espacio único la zonificación de usos se consigue mediante los dos baldaquinos. El programa es para una casa de soltero: un pequeño vestíbulo en la entrada, una cocina, y nada más.
Ocho columnas de madera de orden dórico-toscano que compra en un derribo, sirven para definir unos edículos delimitados por dos baldaquinos iluminados por dos lucernarios, construidos de forma que se pueda ver el cielo. La cubierta tiene desviado del eje del lucernario de manera que se forma una pirámide truncada no regular. Los dos edículos son el estar y el baño. La cama se pone donde se pueda.
La axonometría. Una arquitectura vernácula, construida en madera, con entablados y columnas recuperadas. Al contrario que en las cabañas anteriores, aquí sí hay agua corriente, luz eléctrica… y una biblioteca.
Charles Moore traslada sus objetos de valor a su refugio. El ambiente interior manifiesta la cosmovisión del arquitecto. Recupera el tema de la arquitectura dentro de la arquitectura (como en San Baudelio de Berlanga).
«Mis propias casas me han dado la oportunidad de perseguir la fantasía, arriesgando solo mi propia comodidad».8
Conclusiones
La casa del arquitecto es un microcosmos que configura su identidad. Los objetos que posee hablan de sus usos y sus costumbres, y de cómo concibe su arquitectura. Estudiar la casa de un arquitecto, por lo tanto, puede arrojar mucha luz sobre su propia arquitectura. No sólo es un laboratorio diseñado para concebir su propia arquitectura —entendido como mediación (Sota pensaba así)—, sino como una forma de interpretar la sociedad en la que vive, la tecnología disponible y, en general, todo aquello que le rodea.
Hemos intentado contar estas casas sin interpretaciones, pues muchas veces el discurso crítico enmascara las cosas, oculta la arquitectura. Por eso hemos querido describir lo que vemos y en algún caso, añadir unas —pocas— valoraciones mínimas. En el fondo, compartimos con Jacques Herzog la idea de que describir es, hoy por hoy, la mejor manera de aprender arquitectura.
«Contemplar edificios —cualquier edificio— y describir lo que uno ve es la mejor forma de aprender arquitectura. Por ejemplo cuando miras el Carpenter Center de Le Corbusier, no te puedes creer lo que él decía siempre —il faut apprendre à voit ce que l’on voit—. Obviamente esto significa algo distinto para cada uno».9
Notas
1 JOHNSON, E.J., Charles Moore, Buildings and Projects 1949-1986, Rizzoli, New York 1986.
2 Thoreau, 1817-1862. Nace en Concord (Connecticut, Massachuset) Esta ciudad es muy occidental –en la región de nueva Inglaterra, Connecticut es uno de los estados en tener una constitución escrita- y huyendo de la civilización que le ha tocado vivir, se construye un refugio en el bosque de Walden.
3 THOUREAU, H. Walden:Life in the Woods, Madrid, CATEDRA, 2005.
4 Ralph Erskine, 1914-2005. Arquitecto. Nace en Northumberland (Londres), al norte de Londres, en el seno de una familia faviana, de origen escocesa y formación puritana.
5 El desarrollismo, es un movimiento socialista utópico británico, no revolucionario, que es parte del fundamento del futuro partido laborista británico; tiene su origen en la sociedad faviana, nombre tomado de Quinto Fabio Maximo. Algunos de sus representantes: Bernard Shaw, H.G. Wells. Caracterizados por su pragmatismo, y por ser la primera reacción al capitalismo rampante del s. XX.
6 Charles Moore es un personaje muy influyente en la cultura de los Estados Unidos en el s. XX. Arquitecto, doctor en filosofía, y director de varias escuelas de arquitectura. Una personalidad políticamente incorrecta relacionada con el postmodernismo. Lo mejor que puedo decir es que he oído comentarios elogiosos de Francisco Javier Sáenz de Oiza sobre un libro que escribe sobre la vivienda. Arquitecto, filósofo, maestro y soltero empedernido. Es por eso que a donde traslada su docencia, construye una casa, una casa que construirá con sus alumnos de la escuela de arquitectura.
7 JOHNSON, E.J., Charles Moore, Buildings and Projects 1949-1986, Rizzoli, New York 1986.
8 Ibídem.
9 KIPNIS, Jeffrey. Una conversación con Jacques Herzog. En: El Croquis II, 1997, Herzog & de Meuron 1993-1997, p. 6.
Bibliografía
THOUREAU, H. Walden: Madrid, CATEDRA, 2005.
VV.AA., Aprendiendo de todas sus casas: UPC, 1996.
JOHNSON, E.J., Charles Moore, Buildings and Projects 1949-1986, Rizzoli, New York 1986.