Cinco oficinas, diez arquitectos, quince ciudades. 13ª Bienal de Arquitectura de Venecia, 2012 (29 de agosto-25 de noviembre de 2012). La exposición celebra los logros de la arquitectura española reciente, pero procura también reflejar la dramática situación actual de la profesión. En la última década, las grandes inversiones públicas y el sistema de concursos han permitido a una nueva generación construir un gran número de obras singulares repartidas por todo el país. Aquí se muestran quince, en quince ciudades diferentes, realizadas por diez arquitectos —siete varones y tres mujeres, con edades comprendidas entre los 50 y los 55 años— agrupados en cinco oficinas basadas en Madrid, País Vasco-Navarra y Cataluña.
Sin embargo, las bases que han permitido esta floración de excelencia se han venido abajo con la crisis financiera, económica y fiscal iniciada en 2008. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha hecho descender el número de viviendas iniciadas de 800.000 anuales a 80.000, y los planes de austeridad del sector público han congelado las inversiones en nuevos proyectos: la mitad de los estudios de Madrid y Barcelona han cerrado en el último ejercicio, y los jóvenes profesionales emigran masivamente. Esta situación se ha querido abordar utilizando todo el presupuesto de la muestra para traer a Venecia a dos centenares de estudiantes de arquitectura, que sostendrán maquetas de los edificios y los explicarán a los visitantes. Por un lado, la instalación alude a la iconografía clásica de personajes mitológicos, santos, obispos, reyes, patrones o incluso arquitectos que portan modelos a escala reducida de las obras que promueven, diseñan o donan; por otro, remite a performances contemporáneas —de Santiago Sierra a Ai Weiwei— donde el trabajo subalterno se usa con intención crítica, pedagógica o solidaria. Spain mon amour es desde luego la celebración de una etapa, unos arquitectos y unas obras, pero también una elegía por un pasado que ha llegado a su término, una denuncia de un presente dislocado y una invitación a pensar el futuro de otra forma.
Luis Fernández-Galiano
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