Conocíamos la zona, Reboira, en la que se ubicaría la vivienda. Las hermosas vistas sobre la ría, la tranquilidad del emplazamiento y el arbolado boscoso que rodea la parcela por tres laterales, su pendiente, la cota elevada sobre el vial y el extraño planeamiento.
La orientación oeste coincide con las vistas sobre el mar en la lejanía, y es además por el oeste por donde se produce el acceso a la parcela, lo que nos ofrecía grandes posibilidades…pero la mejor de estas posibilidades fue, sin duda, la ofrecida por los clientes: una pareja joven que llegó a nosotros porque querían una «casa cúbica» y que resultaron ser unos clientes abiertos y muy sinceros en todos los aspectos, sus necesidades, su economía, sus deseos… fundamentales herramientas de trabajo para el arquitecto.
La integración en el contexto era primordial, queriendo que este enriqueciese la vida cotidiana de los usuarios y que fuese parte imprescindible del disfrute de la vivienda, más allá de la casa y su programa. La armonía entre lo construido y lo existente nos preocupaba en gran medida.
Nuestras prioridades estaban claras: por un lado ofrecer el mejor servicio y solución a las demandas del cliente y por otro ofrecer el mejor servicio y solución a las demandas del lugar.
Atendiendo a la topografía les propusimos una casa «semi-enterrada» que se aprovecharía de la orientación y el privilegiado entorno.
La idea de vivienda enterrada es primigenia, realizar un hueco en el que cobijarse. La pendiente era cómplice y sus necesidades básicas. Teníamos que conseguir, además, trabajar con la luz, garantizando ésta en todas las estancias, de ahí la aparición de patios traseros que permiten además ver la roca en la que se enclava. El agua mirando al oeste y la tierra al este. La cubierta volvería a ser naturaleza en la que crezca la vegetación, haciendo que el volumen desapareciese desde la parte alta de la parcela.
A modo de roca clavada en el terreno, la tosquedad de una sólida estructura de hormigón abujardado contrasta con los espacios interiores luminosos, los patios para las ardillas y la calidez de sus materiales, pretendiendo de la futura piscina que sea el elemento de mayor presencia.
Materialmente la primera decisión fue utilizar elementos duros al uso y amables al trato, que además nos permitiesen aprovechar las posibilidades de inercia, así como el potencial del acabado, o sus diferentes acabados, acomodando siempre estos a un presupuesto ajustado. El uso del hormigón nos permite que el mismo material sea estructura, contención o acabado en sus diferentes texturas. Decidimos utilizarlo abujardado al exterior, de un modo más rudo y sin este tratamiento en los espacios exteriores cubiertos.
Poco que mostrar y mucho que vivir…
Obra: Vivienda en Reboira
Autores: Patricia Sabín + Enrique M. Blanco
Cliente: Rafael Ramírez Gómez
Empresa constructora: Construcciones Serantes
Emplazamiento: Lugar da Reboira, Vilarmaior, A Coruña, Galicia, España
Año: 2008-2009
Presupuesto: 154.351,00 €
Superficie construida: 295,00 m2 (con patios)
Colaboradores: Marcos Álvarez, arquitecto, Patricia Liñares, estudiante, AROE (3D)
Dirección de obra: Patricia Sabín + Enrique M. Blanco, Rebeca Blanco, arquitecto técnico
Fotografía: Roi Alonso
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