En estos días navideños he visto toda La casa de papel hasta terminar con el décimo episodio de la quinta y última temporada.
Siempre he preferido ver las series cuando han concluido, aunque muchas veces su final depende de la audiencia y nunca se sabe cuándo han acabado de verdad.
Se puede escribir mucho sobre esta serie, por ejemplo sobre sus incoherencias, como la desaparición de tres personajes, los soldadores, de las tres últimas temporadas, que están en el sótano del Banco de España, o cómo se puede disparar con un lanzacohetes dentro de un edificio y que no se hunda, pero estas cuestiones son normales en el cine y no suelen afectar al desarrollo de la acción, como este es un artículo sobre las relaciones entre el cine, la arquitectura y la ciudad, lo que interesa es la realidad y la ficción en la ciudad que aparece en las imágenes, en Madrid.
Antes de continuar he de decir que en esta entrada no se va a dar una relación de las localizaciones donde se grabó la serie, porque ya hay numerosas páginas en Internet que tratan sobre este tema y entre ellas recomiendo esta, que es una de las más completas.
Madrid en «La casa de papel»
Como ya sabrán, en sus dos primeras temporadas, se narra un robo ejecutado en la sede de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, mientras que en las tres últimas lo que se roba es todo el oro depositado en el Banco de España.
Empezando por el primer atraco, no se eligió el edificio real, situado en el número 106 de la calle Jorge Juan, sino el que ocupa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que está en la calle Serrano, 117; esta elección debe responder a motivos urbanos, ya que la localización en la que se realizó la grabación tiene delante una amplia plaza, donde se desarrollan varias secuencias, que no se hubieran podido grabar en un espacio más estrecho como el de la calle Jorge Juan.
Este cambio de edificios también afecta a la maqueta de papel cuya construcción se muestra en los títulos de crédito, así como en varias secuencias, que reproduce la sede del Consejo, un edificio cuya fachada ya fue utilizada en el cine, cuando Emilio Ruiz del Río la transformó en un templo egipcio para Marco Antonio y Cleopatra, manteniendo solo su columnata y la escalera, gracias a una prodigiosa pintura hecha sobre un cristal, demostrando una vez más que una edificación vista en una pantalla puede ser cualquier otra e incluso de otro tiempo.
Respecto a la ciudad, en la segunda temporada
Hay unas escenas en las que la inspectora Murillo para atrapar a El Profesor pega un plano de la ciudad en una pared de su chalé y dibuja una circunferencia cuyo centro está en una cafetería donde se han encontrado varias veces, como en una de ellas la inspectora lo llamó por teléfono, teniendo en cuenta el tiempo que él tardó en llegar, establece el radio de la circunferencia, creyendo que su guarida estará dentro del área de este círculo.
El plano que usa pertenece a Madrid y es curioso que la circunferencia esté más cerca de la Fábrica real que del Consejo, su centro está en el número 69 de la calle Maldonado, donde actualmente hay una cafetería, pero distinta a la que aparece en la serie.
La inspectora recorre esa zona entrando en varias tiendas y llevándose las imágenes garbadas por sus cámaras de vigilancia, intentando ver a El Profesor, concretamente se le ve saliendo de dos: Efecto 2000 y Las Mil y Una Flores, que existen en la realidad y están en las calles Valderibas, 34 y Sánchez Barcáztegui, 31 respectivamente, bastante cerca una de la otra, pero muy lejos de la circunferencia marcada en el plano, como también está muy lejos de ese círculo la fachada donde se grabó la entrada del lugar donde se esconde El Profesor, que, según este enlace, se encuentra en el número 33 de la calle Miguel Yuste.
Las maquetas en «La casa de papel»
Es interesante que una de las edificaciones que más se destaca en ese plano sea precisamente la de los Nuevos Ministerios, donde se grabaron las temporadas tercera, cuarta y quinta de la serie.
El antiguo Ministerio de Fomento, hoy Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, en el edificio de los llamados Nuevos Ministerios, situado en el Paseo de la Castellana, 117, obra del arquitecto Secundino Zuazo, figura ser en la serie el Banco de España, que en realidad se encuentra en el número 48 de la calle de Alcalá, haciendo esquina con la Plaza de la Cibeles.
Influencias de «La casa de papel»
Es curioso que en la reciente película Way Down, cuyo argumento narra el atraco a ese banco, sí se situó el edificio dónde se encuentra en la realidad, una situación fundamental, porque en el guion es importante el papel que juega la multitud que se congrega en ese lugar para celebrar los triunfos deportivos, es este caso el Mundial de Fútbol de 2010.
Como escribía antes, esas incoherencias entre lo real y lo ficticio, no afectan a la serie, pero resultan curiosas y por ejemplo se puede preguntar, por qué no le dieron a la actriz que interpreta a la inspectora, un plano que se correspondiera con los lugares dónde se grabaron los episodios.
Los diseñadores de esta serie han creado un nuevo Madrid, el Madrid de «La casa de papel», que quizás termine siendo más real que el de verdad.
Jorge Gorostiza, Doctor arquitecto.
Santa Cruz de Tenerife, diciembre 2021