El curso de la historia está grabado en los edificios. Sobre todo aquellas construcciones que se convirtieron en el cruce de destinos de la población, e incluso del mundo. Entre ellas del Muro de las Lamentaciones, del Partenón, de la Alhambra de Granada, o del Muro de Berlín, de los que nunca se ha terminado de saber toda su biografía.
Pero ahora se sabe un poco más de algunos de ellos a través del La vida secreta de los edificios (Siruela) del británico Edward Hollis, arquitecto y profesor de Arquitectura de Interiores en el College of Arts de Edimburgo. Por ejemplo, en la historia del Partenón (o donde todo empezó), recorre minuciosamente las veces que fue destruido, tres en total, sin contar el terrible terremoto que en 1894 acabó derribando sus columnas de mármol. Llega al presente, que sitúa en 1975, año en el que arrancan las discusiones sobre qué hacer con él. Desde remplazar los restos con réplicas de vidrio hasta no hacer nada. Once años de discusiones hicieron falta para decidir que lo mejor era destruirlo y levantar una réplica, que debía de haberse acabado en 2010, más de 20 siglos después de su construcción. ¿Alguien sabe qué ha sido de ese proyecto? Pues para el que no lo sepa, el autor nos cuenta que después de sacar sus piezas y las esculturas trasladadas a otro museo, la réplica, un gran atrio de cristal proyectado por el francés Bernard Tschumi, sigue vacío. Un dato curioso: se ha tardado en destruir y reconstruir el edificio el doble de lo que se tardó en construirlo.
[…]
M.José Díaz de Tuesta
+ artículo publicado en El País
La vida secreta de los edificios
Edward Hollis,
siruela ediciones