Las utopías no sólo carecen de lugar sino de imágenes concretas. A pesar del esfuerzo realizado por Hans Holbein en el siglo XVI para ofrecer una imagen de la isla ideada por Tomás Moro, no ha sido posible generar una iconografía específicamente utópica. Esto se debe, tal vez, a que la utopía es una idea abstracta basada en el orden social y la ecuanimidad de la justicia. Estos conceptos, más que reclamar imágenes que muestren la felicidad de los ciudadanos utópicos o la magnificencia de los logros de su sociedad, se expresan por medio de elementos abstractos, como la tersa rectitud de la línea, el orden de la retícula o la regularidad en la sucesión de intervalos, es decir, se encarna en las sobrias leyes de la geometría. Cuando, tras los horrores de la Primera Gran Guerra, muchos artistas e intelectuales europeos se refugiaron nuevamente en la idea de utópica, reclamaron la formación de un hombre nuevo y desarrollaron un arte abstracto de raíz geométrica que hoy reconocemos bajo el término «constructivismo», entendido éste de forma laxa.
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Javier Maderuelo
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Construyendo UToPíAs: de De Stijl a la New Bauhaus
Galería Guillermo de Osma
Claudio Coello, 4. Madrid. España
Hasta el 17 de febrero de 2012