La fábrica de lápices Hispania se encuentra en Ferrol Vello, en el promontorio de los jardines del Baluarte de San Xoán, dominando por encima de éstos las vistas del puerto y la ría, entre Mugardos y la Graña. Fue fundada, en los años treinta del siglo XX (1934, probáblemente), por varios socios entre los que se encontraba Alberto Fernández Martín, importante insdustrial de la época, que además de la fábrica de lápices Hispania tenía otras empresas. Entre ellas la fábrica de redes Defer, la de bolígrafos Bolfer y la textil Textilfer.
Aunque hay disparidad de criterios, pués algunos atribuyen el edificio al arquitecto Lastra, o incluso al arquitecto municipal Nemesio López Rodríguez, lo probable es que la fábrica fuese proyectada por el arquitecto Rodolfo Ucha Piñeiro, nacido enVigo el 27 de Septiembre de 1882, que trabajó igualmente como arquitecto municipal de Ferrol hasta 1936. Aunque los trabajos de este arquitecto, prolífico en la ciudad de Ferrol, se caracterizaron por su apego a la estética modernista, la tipología de la fábrica de lápices es más cercana al racionalismo industrial, con toques expresionistas propios de los años treinta del siglo XX.
La desaparición del antiguo tejido industrial urbano de Ferrol está relacionado con el periodo de crisis y reconversión que se vivió en los años ochenta, en los que la principal industria que eran los astilleros hubo de sortear su primera gran crisis. Con la desaparición de la fábrica de lápices Hispania, desaparecerían también Pysbe, la Fábrica de Jabones Pucho, la Fenya y otra fábrica más de lápices en Canido. Y en A Malata, donde actualmente se encuentra el estadio, la enorme planta de Peninsular Maderera, de los tiempos en que Guinea era colonia española y la madera salía gratis, desaparecería igualmente, dejando liberado su gran solar.
Trás años de incertidumbre y numerosos problemas de orden fiscal y laboral, la fábrica, de más de 4.000 metros cuadrados de superficie, cerró el 30 de octubre de 1986 y su futuro se vió abocado a la ruina, estado en el que halla en estos momentos. El primer destino del edificio fue la demolición con carácter especulativo, dedicándose el solar a la construcción de viviendas. Posteriormente se paralizó el proyecto, y aunque existen diversas iniciativas decolectivos populares y de algún grupo político para recuperar el edificio dándole un uso cívico o dotacional, lo cierto es que la ruina inminente, junto a la mayor parte de Ferrol Vello, es lo único que se puede evidenciar.
enrique fidel