Entre el Renacimiento y el siglo XVIII se sientan las bases de la arquitectura contemporánea. Y la pintura conformó nuevas metáforas culturales, ideológicas y políticas a través de la representación de edificios, ciudades y espacios públicos. Arquitecturas pintadas. Del Renacimiento al siglo XVIII, la exposición que desde hoy puede verse en el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, descubre más de 140 pinturas -de Duccio di Buoninsegna a Canaletto, Giovanni Paolo Panini, Tintoretto, Gaspar van Wittel, Hubert Robert, Maerten van Heemskerck o Hans Vredeman de Vriesque- que muestran desde la poética de las ruinas (símbolo de la memoria y la melancolía) a no menos nostálgicas postales de los primeros grandes núcleos urbanos europeos, en los que el lenguaje del poder empezó a tomar la forma de las calles y las plazas. De la mano de Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla, uno de los equipos más prestigiosos de la arquitectura española -con el MUSAC lograron el importante premio Mies van der Rohe de 2007-, y de Fuensanta Nieto, que en equipo con Enrique Sobejano ha firmado, entre otras, la ampliación del Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid o la del San Telmo de San Sebastián, paseamos por una exposición que permanecerá abierta hasta el 22 de enero de 2012.
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Elsa Fernández-Santos
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