Fotografía y arquitectura. La imagen del espacio construido (Turner, 2023) reúne una selección de ensayos de Iñaki Bergera que abordan la relación indivisible de la fotografía y la arquitectura. Un trabajo fruto de años de investigación y especialización, reflejo también de los proyectos fotográficos del autor. Bergera, arquitecto, fotógrafo, comisario y catedrático de Proyectos Arquitectónicos en la Universidad de Zaragoza, ve «arquitectura en todas partes», según el prologuista de este libro, Luis Fernández-Galiano. Concibe sus imágenes “con un orden arquitectónico”, como se observa en su publicación Empty Parking Spaces (Turner, 2020) y como aquí se refleja:
“La fotografía de arquitectura se construye y se compone, de alguna manera, como lo hace el propio edificio, desmateria- lizándolo, manejando paralela e indistintamente la luz, la forma y el espacio, solapando metonímicamente imagen y lenguaje, la arquitectura de la fotografía con la fotografía de la arquitectura”.
La arquitectura existe por sí sola, pero es irrefutablemente un objeto de consumo perceptivo, fenomenológico y visual. El espacio construido “entra por los ojos” y, por lo tanto, la arquitectura se marida con la fotografía a efectos de documentación y difusión –así sucede desde los tiempos del apogeo de la modernidad–, pero también como condicionante primario de su forma, expresión e interpretación. Si el espacio construido tiene una segunda y paralela existencia en sus imágenes y estas hablan un lenguaje independiente alejado incluso de la realidad física que interpretan, se debe reflexionar críticamente sobre el alcance de las complejas relaciones entre ambas disciplinas.
El libro demuestra la relevancia de esta relación entre disciplinas, en la que no jerarquiza una por encima de la otra, sino que las iguala.
“Con su obra fotográfica y sus escritos, Bergera desvela el vínculo estrecho entre el espacio y la cámara, pero, a diferencia del artista renacentista, no establece la superioridad de la representación bidimensional sobre la tridimensional”,
afirma Luis Fernández-Galiano. Una imagen del edificio realizada al gusto de su arquitecto es capaz de representar la concepción que tiene de ese espacio su creador, con los aspectos que desea resaltar. Este tipo de fotografías implican estudios y conversaciones previas entre arquitecto y fotógrafo para entender la obra y decidir sobre los criterios y la técnica empleada para su representación gráfica. Un binomio que es, a su vez, registro de espacios y tiempos, y también obra artística.
“La fotografía de arquitectura recoge un espacio en un tiempo, como proyección actualizada de un estado pre- vio”.
Iñaki Bergera
Por otro lado, la digitalización contemporánea ha abierto la oportunidad de que cualquiera se convierta en fotógrafo de arquitectura con el mero uso de su smartphone y su publicación en las redes sociales. Un debate actual tratado en el libro, que no deja de manifestar que el placer visual que obtienen los usuarios al contemplar una imagen arquitectónica se encuentra, en la actualidad, en apogeo gracias a esta democratización. Un punto de inflexión en esta relación, como afirma el prologuista:
“La revolución digital y las redes han transformado el mundo de la moda tanto como el de la arquitectura y la fotografía, ha sido en ambos casos el instrumento de esa mudanza, además del canario en la mina que advierte los riesgos emboscados”.
La publicación se divide en cinco partes –algunas en coedición con otros autores–, además del prólogo y una introducción. La primera y la más extensa, titulada “España, miradas internas y externas”, reúne muchos de los textos del proyecto de investigación Fotografía y Arquitectura Moderna en España, 1945-1965 (FAME), que vio la luz en una exposición en el Museo ICO, comisariada por Bergera para PHotoESPAÑA en la edición de 2014. En esta parte son protagonistas fotógrafos y arquitectos internacionales como Le Corbusier, Frank Lloyd Wright o Lucien Hervé (algunas de sus fotografías en España fueron recogidas por Iñaki Bergera bajo el título La España blanca y negra (Turner, 2019)). Otros españoles, como Català Roca, Férriz o Paco Gómez, tienen cabida en esta parte como relatadores de la identidad arquitectónica de su contemporaneidad.
La segunda parte, “En busca de la mirada”, analiza los proyectos integrados de arquitectura, paisaje y urbanismo.
“La fotografía da fe de la existencia del paisaje al convertirlo en postal: no solo selecciona el encuadre pintoresco con la luz oportuna, sino que lo mercantiliza al convertirlo en producto de consumo”.
Ciertos espacios urbanos funcionan como paisajes ausentes, que se pueden retratar con una mirada artística, una tesis que se relata de la mano del fotógrafo Thomas Demand, cuyo trabajo aúna ambas disciplinas. Bergera defiende aquello que fervientemente aconsejaba Le Corbusier a sus estudiantes de arquitectura: el adiestramiento de la mirada.
“Porque es así y solo así, con la mirada, como se construye el paisaje”.
La tercera parte, “Mirándolo seriamente”, genera un debate crítico sobre la evolución del binomio arquitectura-fotografía a través de fotógrafos como Hélene Binet, Iwan Baan, Hans Danuser o Walter Niedermayr.
En la última parte, “Enseñando a mirar”, se expone la necesidad de la educación del ojo a través de la práctica.
“No se trata tanto de ver más como de ver mejor, de ‘abrir los ojos al mundo’ y entrenarlo para aprender a mirar y buscar la belleza sencilla escondida en lo ordinario, ya sea en la naturaleza o en la ciudad”.
Tanto el experto como el aficionado disfrutarán con este libro, riguroso a la par que divulgativo, que despierta el interés en el lector de profundizar y adentrarse en esta indisoluble relación entre fotografía y arquitectura.