La crítica busca dibujar los contornos críticos del discurso de la crisis.1 Me encuentro con esta lúcida frase entre lecturas cruzadas y destacándose de un cierto gusto a refrito de otros textos leídos últimamente que hablan del papel de la crítica en la sociedad, y especialmente el papel del crítico de arquitectura.
Una primera versión de la frase anterior podría dar a entender que la crítica legitima un cierto estado de crisis. Por tanto también podría llegar a pensarse que el territorio de la crítica, no solamente tiene un papel predominante en momentos de crisis, sino que en cierta manera patrocina los momentos de crisis.
Cualquier objeto cultural, sea este artístico, cinematográfico, literario o arquitectónico, sometido a la mirada de la crítica, debe provocar un cierto zarandeo intelectual, debe empujar la estructura de ese cuerpo cultural a los límites, los contornos según Avanessian, y descuartizar una estructura cerrada, desmontar sus códigos y posteriormente recomponerlos pieza a pieza.
Algo así como dibujar los contornos de una obra, volverlos a dibujar cuando de forma implacable el crítico, con la pulcritud de un cirujano, va depositando las piezas descuartizadas del objeto cultural sobre el mostrador, y finalmente volver a dibujar esos contornos, una vez se ha recompuesto el conjunto. Vamos, el clásico tesis, antítesis y síntesis.
Si el objeto obtenido de este proceso de descomposición, recomposición mantiene la solidez de la estructura conceptual del inicio, puede entenderse entonces que se puede llegar a valorar positivamente la coherencia que aglutina una obra. Si por el contrario, esa recomposición evidencía desajustes e incoherencias, la obra objeto del comentario crítico, va directamente al desguace intelectual y queda automáticamente deslegitimizada.
Esta concepción clásica del rol de la crítica viene a hablar de la necesaria distancia objetiva del crítico, que mediante herramientas de todo tipo empuja cualquier obra al abismo de la crisis para salvar o también, dejar caer cualquier construcción cultural.
El crítico en definitiva, se pone al servicio de la crisis, es instrumento quirúrgico a las ordenes de un proceso demoledor.
«La crítica de la crisis no se da cuenta de que su propia fijación en la crisis es, de hecho, lo que sostiene tanto al crítico como a la crisis».2
O lo que sería lo mismo, por un lado, la critica legitima la crisis como medio de subsistencia de la propia supervivencia de la condición crítica y por otro el crítico, lejos de estar fuera del sistema, en realidad lo consolida formando parte del mismo.
Pero, ¿hay crítica sin crisis?
En estos momentos, asociamos la palabra crisis, a una depresión económica en toda regla que está azotando parte del mundo occidental. Esta crisis, producto de un nuevo balance de poderes entre oriente y occidente, está removiendo como ninguna otra, las bases sobre las que pensar la arquitectura.
En otros momentos de la historia, donde la palabra crisis quizás era menos evidente, la critica empujaba sus conceptos hacia una crisis simulada, algo forzada. Y en los momentos en que la crítica ha basculado hacia la condescendencia respecto a la situación del momento, es decir, no ha puesto en crisis el objeto de sus reflexiones, la crítica como instrumento y aporte de reflexión, prácticamente ha desaparecido.
En resumen, el triángulo que tiene en sus vértices la crítica, el crítico y la crisis, es en sí mismo un conjunto cerrado, necesariamente indisociable como punto de partida. La habilidad de la crítica, la legitimidad del crítico para tratar ciertos temas y la coherencia en como se forja un modelo de crisis formarían parte del valor suficiente para entender la pertinencia de cierta crítica arquitectónica, pues está claro que no siempre es así.
Dicho de forma sintética, lo crítico de la crítica es la crisis del sistema, objeto de una reflexión determinada.
De todas maneras, vista la situación actual, dado los intentos constantes de restablecer un aparato crítico contundente y la necesidad de replanteos de fondo, la figura catalizadora del crítico, es hoy, más necesaria que nunca.
Miquel Lacasta Codorniu. Doctor arquitecto
Barcelona, Junio 2014
Notas
1 AVANESSIAN, Armen, Criticism, Crisis, Acceleration en Survival Kits. An Artist’s and Thinker’s Book,Deborah Ligorio (ed.) Sternberg Press, Berlin, 2013 p. 58
2 Idem. P. 59
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