Raymond Nicholas Kienzie, que siempre será para todos Nicholas Ray, tuvo la gran oportunidad en los primeros años treinta de ser aprendiz de Frank Lloyd Wright en Taliesin durante un año.
Tal como le contó a Kathryn Bigelow en una de sus últimas entrevistas:
«yo estaba estudiando teatro en Nueva York, pero desde que había llegado de Wisconsin solía detenerme en su casa de vez en cuando. Vino a la Universidad de Columbia a dar una conferencia. Fui a oírle y al final lo felicité. Dimos un paseo juntos y me preguntó si me convertiría en uno de su primeros estudiantes y fui allí a hacer teatro».
Charles Bitsch entrevistó a Ray en febrero de 1957 para Cahiers du Cinema y le preguntó cómo empezó a trabajar con Wright:
«La arquitectura es la espina dorsal de todas las artes; ya sabes, si es auténtica arquitectura, engloba cada dominio. La simple palabra arquitectura puede aplicarse tanto a una obra de teatro como a una partitura o a un modo de vida. Frank Lloyd Wright le dio a todos los jóvenes del mundo la oportunidad de encontrarse, de practicar la arquitectura, de vivir una vida en común, y de intercambiar experiencias y puntos de vista. No había muchos estadounidenses entre los treinta y cinco jóvenes que estuvieron al principio con Frank Lloyd Wright, pero había nicaragüenses, japoneses, franceses, daneses, suizos y chinos, algunos eran escultores como Noguchi, músicos como Brooks y otros pintores».
También le preguntó si hay influencia de Wright en la arquitectura de las casas de La casa en la sombra y Johnny Guitar:
«No. Yo diría que la influencia más obvia que Wright tuvo en mí, aparte de una especie de actitud filosófica… no, no una actitud filosófica, sino una cierta manera de mirar a las cosas, es mi gusto por el CinemaScope. Me gusta la línea horizontal y lo horizontal era esencial para Wright. Me gusta mucho el formato del CinemaScope y cuando tengo libertad para usarlo como me place, como en Rebelde sin causa, me da mucha satisfacción hacerlo. Pero en las dos películas que has mencionado, la arquitectura estaba tan determinada por el tiempo y el lugar que no era como la de Frank Lloyd Wright y no debía nada a la influencia que tuvo sobre mí. Usé objetos, como el tronco el árbol para Ida [Lupino], que son, es cierto, el tipo de accesorios que se podían haber encontrado en el estar de una villa de Frank Lloyd Wright, pero en la estructura, en la misma arquitectura, no hay influencias de Frank Lloyd Wright. Sin embargo, en Johnny Guitar… es difícil decirlo, necesité un momento casi arbitrariamente dramático para colocar la blancura del vestido de Vienna sobre las rocas rojas, pero creo que pocas veces puedes determinar la influencia exacta que has recibido, de dónde viene tu gusto por algo, o cómo ese gusto evolucionó».
Nunca se sabe si las influencias mencionadas por los creadores son reales en el momento en el que se está produciendo una obra o se buscan después a través incluso de lo que otros han escrito sobre esa obra. Sin embargo, aquí quedan las opiniones de Ray sobre Wright -hubiera sido interesante saber las de Wright sobre Ray, si es que el arquitecto tenía alguna sobre el cineasta- que, al parecer, no acabaron siendo tan buenos amigos como lo eran al principio.
Jorge Gorostiza, arquitecto. Autor del blog Arquitectura+Cine+Ciudad
Santa Cruz de Tenerife, febrero 2015