LA FICCIÓN COMO REGISTRO [Found Footage Inmobiliario]. Ficción Inmobiliaria recopila material formado por películas de ficción donde las problemáticas asociadas a la cuestión de la vivienda aparecen en la trama principal o cruzadas con ésta. La ficción rara vez trata sobre lugares; en la ficción importa la historia. Pero si atendemos a la localización, sin dejar de prestar atención a la trama, podremos acceder a parte del conocimiento fílmico almacenado en la imagen audiovisual. Analicemos ese residuo de conocimiento objetivo del contexto filmado:
Algunas ciudades resultan un escenario paradigmático para las tramas inmobiliarias. Nueva York, Londres o Los Ángeles son escenarios en transformación constante, de los que algunas películas suponen un registro de lo que borró el progreso.
¿Qué queda hoy del edificio que consiguió resistir a la demolición gracias a la ayuda de unos pequeños platillos volantes en Batteries not includes (estrenada en España como Nuestros maravillosos aliados)? Dado que la historia transcurre en un edificio solitario en medio de los escombros, explicaba el productor Ronald Schwary , teníamos que encontrar un terreno baldío con edificios quemados alrededor. Finalmente nos decidimos por un edificio real en la 8th Street entre las avenidas C y D en el Lower East Side de Nueva York. El edificio ya no existe. En su lugar se encuentra hoy la subestación de la Oficina de Vivienda, en un entorno bien diferente. El Lower East Side ha sido el escenario de grandes transformaciones urbanas.
Pocos años antes de la filmación de Batteries not includes, ese mismo escenario fue testigo de una fuerte alianza entre la industria cultural y mercado inmobiliario. Comenzaba el proceso de gentrificación del Lower East Side, acompañado y potenciado por una rápida mercantilización de la subcultura local. Downtown 81 es un caso singular: una ficción representada por los mismos protagonistas de la vida real. Más interesante que su biopic Basquiat, esta ficción deja entrever cierta consciencia del artista instrumentalizado. Sin duda, no la suficiente, como ya manifestaran coetáneos menos marketinianos: Por más contracultural que parezca su pose, la usencia total de auto-reflexión política condenó al arte del Lower East Side a la reproducción de la cultura dominante.