Los sistemas dinámicos son una metodología desarrollada desde el ámbito del management por el profesor de ingeniería del MIT, el Massachusetts Institute of Technology, Jay Forrester, y sirve para analizar fenómenos dinámicos de cualquier tipo mediante la construcción de modelos o simuladores con la ayuda de un ordenador. Los sistemas dinámicos propuestos por Forrester se estructuran al igual que los sistemas hidráulicos de vasos comunicantes. Esta analogía básica supone que los comportamientos complejos pueden describirse y explicarse mediante sistemas que forman estructuras de niveles y flujos, articulados en bucles de retroalimentación.
El texto fundacional de la teoría de sistemas dinámicos fue escrito por Forrester en 1968 en el libro Principles of Systems,1 en el cual en esencia se describe como las estructuras determinan el comportamiento. El libro, plagado de diagramas, fórmulas y más descriptivo que reflexivo introduce la manera de construir estos sistemas aunque como el propio Forrester afirmó muchos años después
la dinámica de sistemas combina la teoría, los métodos y la filosofía para analizar el comportamiento de los sistemas.2
Siguiendo con las palabras de Forrester:
La dinámica de sistemas surgió de la búsqueda de una mejor comprensión de la administración. Su aplicación se ha extendido ahora al cambio medioambiental, la política, la conducta económica, la medicina y la ingeniería, así como a otros campos. La dinámica de sistemas muestra cómo van cambiando las cosas a través del tiempo. Un proyecto de dinámica de sistemas comienza con un problema que hay que resolver o un comportamiento indeseable que hay que corregir o evitar. El primer paso sondea la riqueza de información que la gente posee en sus mentes. Las bases de datos mentales son una fecunda fuente de información acerca de un sistema. La gente conoce la estructura de un sistema y las normas que dirigen las decisiones. En el pasado, la investigación en administración y las ciencias sociales han restringido su campo de acción, indebidamente, a datos mesurables, habiendo descartado el cuerpo de información existente en la experiencia de la gente del mundo del trabajo, que es mucho más rico.
La dinámica de sistemas usa conceptos del campo del control realimentado para organizar información en un modelo de simulación por ordenador. Un ordenador ejecuta los papeles de los individuos en el mundo real. La simulación resultante revela implicaciones del comportamiento del sistema representado por el modelo.
La dinámica de sistemas muestra de qué modo la estructura de realimentación de una organización domina la toma de decisiones por parte de los individuos. La estructura realimentada se puede definir, en otras palabras, como aquellos procesos circulares en que las decisiones conllevan cambios que influyen en decisiones ulteriores. Todas las acciones tienen lugar dentro de tales estructuras circulares.3
Es decir, los sistemas dinámicos vendrían a ser una de las teorías más aplicables a los comportamientos complejos siempre y cuando se acepte que la realidad es un sistema cerrado circular. Es decir, los sistemas, ya sean estos físicos o sociales, ya provengan de lo que habitualmente llamamos naturaleza o de la organización entre seres humanos, no estructuran un mundo unidireccional, donde un problema conduce a una acción que lleva a una solución.
Los sistemas antes referidos se desarrollan en un entorno circular en movimiento. Cada acción se basa en condiciones presentes y estas a su vez condicionan acciones futuras, de forma y manera que las condiciones modificadas se convierten en el fundamento de acciones posteriores. No existe un principio ni un final en el proceso descrito, son bucles de realimentación interconectando partículas con partículas, personas con personas, genes con genes, etc.
Una de las aplicaciones más fructíferas fue modelar mediante sistemas dinámicos las políticas urbanas a realizar en las ciudades. Lo que se llamó Urban Dynamics, fue el primer trabajo de Forrester que provocó una fortísima reacción emocional y una gran controversia, lo que por otro lado, fue determinante en la popularidad de sus trabajos.
Las dinámicas urbanas, como estudio sobre el núcleo duro de lo que la ciudad es y debe hacer en el futuro, sugirió que todas las políticas urbanas que se estaban aplicando en aquel momento en las ciudades importantes norteamericanas, quedaban en entredicho y se situaban en un rango de acciones que iban de políticas neutrales y sin mayor incidencia en los problemas de la ciudad, hasta poner de relieve el hecho de que se estaban aplicando políticas altamente perjudiciales desde el punto de vista de la ciudad como institución o del punto de vista de los residentes con bajos ingresos y desempleados.
Sorprendentemente la conclusión más clara que surgió de los estudios sobre dinámicas urbanas fue que una de las políticas más perjudiciales para la ciudad era la construcción de viviendas baratas, lo que contradecía taxativamente una de las políticas habituales para el restablecimiento de los centros de las ciudades que se aplicaban como receta cotidiana en la mayoría de las grandes ciudades americanas.4
El mismo Forrester recuerda la polémica que suscitaron tanto las conclusiones de sus trabajos, como la publicación del libro Urban Dynamics en 1969:
recuerdo como uno de los catedráticos de ciencias sociales del MIT –Massachusetts Institute of Technology – vino a mí y me espetó ‘No me importa si usted tiene razón o no, pero los resultados son inaceptables’. Urban Dynamics era demasiado para la objetividad académica. Otros más cautelosos me dijeron: ‘No tiene importancia si usted tiene razón o no, tanto los funcionarios urbanos como los residentes del centro de las ciudad nunca aceptaran sus ideas’. Resulta que precisamente esos eran los dos colectivos con los que debíamos contar para aplicar las conclusiones de nuestros estudios, si ambos llegaban a estar lo suficientemente involucrados para entender nuestro trabajo.5
El modelo de Urban Dynamics presentado en el libro fue la primera aplicación no corporativa más importante de la dinámica del sistema. El modelo fue y sigue siendo muy controvertido, porque ilustra por qué muchas políticas urbanas conocidas son ineficaces o empeoran los problemas urbanos.
Además, muestra que contrariamente a lo que suele pensarse, las políticas intuitivas y aquellas ideas que suelen imaginarse en primer lugar al echar un rápido vistazo a los problemas, suelen a menudo dar resultados muy eficaces.
Por ejemplo, en el modelo de Urban Dynamics, una política de construcción de vivienda para la población con bajos ingresos, crea una trampa para la pobreza que ayuda a estancar una ciudad, mientras que una política de derribar viviendas baratas, crea puestos de trabajo y un creciente nivel de vida para todos los habitantes de la ciudad. Se entiende así que en un primer momento las conclusiones proporcionadas por este modelo hayan sido, cuanto menos, polémicas.
Un desarrollo más detallado de las diferentes aplicaciones de Urban Dynamics se puede encontrar en el interesante artículo de Louis Edward Alfeld, director entre 1970 a 1975 del Urban Dynamics Programs for the System Dynamics Group en el MIT, titulado Urban Dynamics, the first fifty years.6
En este artículo se repasan los diferentes casos donde de manera pionera se empezó a aplicar el modelo de Urban Dynamics a casos concretos. La primera vez que se saltó del ámbito de la teoría a la práctica fue al aplicar el modelo a la ciudad de Lowell en 1971, con fondos del U.S. Department of Housing and Urban Development para desarrollar el trabajo de investigación durante 2 años. En el año 1974 la ciudad de Boston invitó al equipo del MIT para revisar el planeamiento urbanístico de la ciudad a 10 años vista con fondos de la Kennedy Foundation, y con vistas a estructurar por primera vez una agencia municipal de planificación en la ciudad, la Boston Redevelopment Authority.
En 1975 la herramienta del Urban Dynamics se utilizó para decidir si la ciudad de Concord, una pequeña ciudad típica de Massachusetts, que tiene la particularidad de haber sido la cuna de la revolución americana de 1776, debía seguir creciendo. Un grupo de ciudadanos estaban preocupados por el excesivo crecimiento de la ciudad y por la posible pérdida de identidad que ese exceso de crecimiento podría acarrear. Se da la circunstancia que tanto Forrester como el mencionado anteriormente Alfeld eran en esa época residentes de la ciudad.
En 1976 Alfeld deja el MIT para ser el primer director del nuevo Departament of Planning and Community Development of Marlborough, una ciudad de 30.000 habitantes a 30 millas al oeste de Boston. Lógicamente, Alfeld aplicará la teoría de los sistemas dinámicos para resolver la agonía urbana de la ciudad que iba acompañada de altas tasas de desempleo, llegando a acciones concretas a realizar con resultados positivos.
Por último, uno de las aplicaciones del sistema Urban Dynamics que puede todavía entenderse como pionera fue en 1982 en una de las más grandes comunidades totalmente planificadas desde cero, Palm Coast en Florida.
En resumen, la herramienta que nació de forma portentosa a partir de la Dinámica de Sistemas y que fue decayendo con el tiempo, más por su mala prensa al dar unos resultados políticamente poco correctos, que por su ineficiencia, debería de volver a ser considerada una herramienta capaz de ayudar a planificadores, urbanistas, políticos y agentes sociales y económicos a tomar decisiones sobre bases más objetivas que el sentido común y centrar los problemas de la ciudad en la limitación de los recursos, el envejecimiento urbano, la atracción relativa que pueda ejercer la ciudad y buscar un crecimiento que lleve al equilibrio.
Sin duda estos principios son aún vigentes en nuestras ciudades y el desarrollo del software y del hardware puede dar una segunda oportunidad a una herramienta tan sugerente y necesaria como la Urban Dynamics.
No me resisto a dejar constancia de los puntos de contacto entre la intuitiva reflexión que hace Jacobs en Rise and Fall of Great American Cities y la metodología instrumental que supone para esas ideas intuitivas iniciales de Jacobs, la aparición de Urban Dynamics.
De alguna manera existe un territorio común entre Jacobs y Forrester, una desde la teoría sociológica y el otro desde la práctica del management, que entienden el hecho urbano como una realidad compleja.
Quizás una alianza entre ambos hubiera desarrollado toda una lógica compleja específica para aquello a lo que ampliamente nos referimos como lo urbano.
Miquel Lacasta. Doctor arquitecto
Barcelona, junio 2013
Notas:
2 FORRESTER, Jay, “Diseñando el Futuro”, conferencia impartida en la Universidad de Sevilla, Sevilla, 15 de Diciembre 1998 en http://sysdyn.clexchange.org/sdep/papers/D-4808.pdf.
3 op. cit., FORRESTER, 1998.
4 FORRESTER, Jay, The Beginning of System Dynamics, discurso de apertura del banquete con motivo del encuentro internacional de la System Dynamics Society en Stuttgart, 13 de Julio, 1989.
5 Op. Cit., FORRESTER, 1989, p. 8
6 ALFELD, Louis Edward, “Urban Dynamics, the first fifty years”, System Dynamics Review, Vol. 11, núm. 3, Otoño, 1995, pp. 199-217.