En la serie de textos que he denominado Arquitectos y Cineastas, y que relacionan la realización de una película con un edificio, he ido publicando algunos de directores, como Ingmar Bergman, Walerian Borowcyk, René Clair, John Ford, Amos Gitai, Peter Greenaway y Dziga Vertov; de una actriz, Viola Dana y de un investigador, Sigfried Giedion.
El segundo número de la estupenda revista digital Lola, editada por Adrian Martin y Girish Shambu, publica el discurso, titulado «El cine es otra vida», que impartió Raúl Ruiz cuando recibió el doctorado «honoris causa» en la Ecole Normale Supérieure de Lyon, el 18 de noviembre de 2005, y que comienza así:
«Quiero contar un secreto. El cine, este arte de la luz, existe. Pero si existe, es sólo debido a la sombra que le sirve de soporte poético. Es esta sombra -o más bien, la oscuridad- la que le permite construir (a la manera de un rompecabezas) un edificio, un palacio mental o laberinto, en el que vive una bestia salvaje, nuestro doble animal, un felgyacomo los antiguos vikingos la llamaban, y esta bestia nos mira, nos espera, y se prepara para devorarnos».
Como verán, un inicio completamente fascinante que invita a seguir leyendo el discurso aquí.
Jorge Gorostiza, arquitecto. Autor del blog Arquitectura+Cine+Ciudad
Santa Cruz de Tenerife, junio 2012