Francesco Cocco: «La cámara me protege». El fotógrafo italiano es galardonado con el primer premio del certamen Luis Valtueña que celebra Médicos del Mundo. «Antes de fotógrafo soy persona». Francesco Cocco, fotógrafo italiano ganador del premio Luis Valtueña, forma parte de esa legión de reporteros gráficos que necesitan su cámara para llevar una «interpretación» de la dura realidad a la opinión pública y también para alejarse físicamente de su crudeza.
La instantánea fue tomada en 2009 durante la estancia de Francesco Cocco en Afganistán junto a la ONG Emergency. f.cocco
La Casa Encendida (Madrid) ha abierto las puertas a la muestra de 29 instantáneas seleccionadas en el certamen de fotografía humanitaria celebrado en recuerdo del fotógrafo Luis Valtueña y los cooperantes Flors Sirera, Manuel Madrazo, asesinados mientras trabajaban con Médicos del Mundo en Ruanda en 1997, y Mercedes Navarro, muerta también cuando colaboraba con la ONG en Bosnia en 1995. La serie fotográfica Afganistán, trabajo realizado en el país centroasiático por Francesco Cocco en 2009 junto a la organización italiana Emergency, ha recibido este año el primer premio con tres instantáneas en blanco y negro. «Es muy difícil trabajar en Afganistán, muy peligroso. No puedes estar más de 30 ó 45 minutos en el mismo sitio porque te conviertes en objetivo».Cocco, según cuenta a EL PAÍS en conversación telefónica, quiso durante su estancia en Afganistán escaparse del relato de la guerra visto desde la trinchera y recoger -siempre en compañía de la ONG- la «vida cotidiana» de la sociedad afgana. Y no deja indiferente: «La cámara -explica- te ayuda para no relacionarte afectivamente. Te protege».Las huellas de la violencia en el rostro, el desgarro de la guerra en un animal y la discriminación e invisibilidad de la mujer afgana presiden con la firma de Cocco la muestra que la Casa Encendida recoge junto a otras 26 instantáneas seleccionadas por el certamen (de un total de 545) y que recorren desde las inundaciones en la India o la vida bajo tierra en Mongolia hasta la sacudida de la enfermedad del chagas en América Latina.El foco de las cámaras viaja estos días a contar el drama humanitario causado por el seísmo de Hatí. «He visto hoy -comenta Cocco- algunas fotos en los periódicos españoles. Algunas son un poco fuertes, violentas y gratuitas. Una foto un poco menos definida transmite a veces más que un cadáver».La exposición estará abierta al público en La Casa Encendida hasta el 25 de enero.
oscar gutierrez
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