En octubre de 1974 Georges Perec se instaló durante tres días seguidos en la plaza Saint-Sulpice de París. En distintos momentos del día anotó todo lo que veía: los acontecimientos cotidianos de la calle, la gente, los vehículos, los animales, las nubes, el paso del tiempo. Hizo listados de todos aquellos hechos más insignificantes de la vida cotidiana. En definitiva, nada, o casi nada.
Pero su mirada, de una percepción humana única, vibrante, impresionista y variable —igual que la visión pictórica de Monet frente a la catedral de Ruán—, recogió los mil pequeños detalles imperceptibles que componen la vida de una gran ciudad, de un barrio concreto de una gran ciudad: las innumerables y sutiles variaciones del clima atmosférico, de la luz, de los escenarios, de todo lo que está vivo. Autobuses, perros, transeúntes, turistas.
Un texto magistral en el contexto de la obra de Perec que ha alcanzado en la actualidad el rango de clásico de la literatura.
Georges Perec (París, 1936 – Ivry-sur-Seine, 1982) está considerado como una de las figuras preeminentes de la literatura de la segunda mitad del siglo XX. Publicó su primera novela, Las cosas, en 1965, que rápidamente cosechó un gran éxito y le valió ser galardonada con el premio Renaudot. Dos años después, Perec se unió al OuLiPo, el Taller de Literatura Potencial que había sido creado en 1961 por Raymond Queneau y por el matemático Le Lionnais. En 1978 publicó La vida, instrucciones de uso, cuyo éxito lo consagró como autor y le permitió abandonar su trabajo de archivero para dedicarse de lleno a la literatura.
Si van a París y solo pueden ver una cosa, visiten el Centro Pompidou | jotdown
Los lectores que hayan ido siguiendo esta serie de artículos, seguramente sabrán que suelen empezar con un chiste. Este empieza literalmente igual que un chiste: un francés, un inglés y dos italianos se reunieron en París y le dieron una patada en su decimonónico trasero. La patada fue tan fuerte que mandaron a la ciudad a tres décadas de distancia en el futuro.
Si están ustedes leyendo Jot Down, entiendo como positivamente imposible que no conozcan la capital de Francia; en cualquier caso, para aquellos que vivan dentro de un barril, diremos que París es una ciudad donde siempre gana un ciclista español, siempre gana un tenista español y que fue liberada en 1944 por soldados españoles. En definitiva, una ciudad llena de chovinistas. Además fue el centro del Imperio francés
durante buena parte del siglo XIX y está llena de monumentos también del siglo XIX; ya saben, París es la ciudad del Big Ben, de la basílica de San Marcos y de la Estatua de la Libertad (?)
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Pedro Torrijos
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