Este panteón familiar ha sido concebido como un pequeño patio, protegido del exterior para disponer de un espacio íntimo y privado, pero abierto al cielo, para poder estar en contacto con la vegetación que lo rodea, la luz natural y el aire fresco. La construcción con materiales habituales y sencillos, como el ladrillo y la piedra, ha seguido criterios de arquitectura kilómetro cero, buscando reducir su huella ecológica.
Un panteón debe guardar y preservar la memoria, pero también debería ser un lugar íntimo y de recogimiento, donde poder acudir y recordar a los familiares. Con este punto de partida se plantea este proyecto de panteón, conformando un patio, un espacio protegido del exterior pero abierto al cielo para mantener relación con la vegetación del entorno, la luz natural y el aire fresco.
Un muro de carga de ladrillo macizo envuelve los cuatro lados de la parcela dejando un acceso por la calle principal. La entrada se realiza de forma oblicua a través de este muro grueso, creando un umbral de transición entre exterior e interior y filtrando la visión directa desde fuera. Una vez dentro, el muro frontal es el que guarda los nichos para ataúdes (diez en total). La cubierta vuelca sus dos aguas hacia dentro, dejando una banda abierta por donde entra la luz natural, la lluvia y el aire exterior.
Elección de materiales: Arquitectura kilómetro cero
Al concretar los materiales del panteón se planteó que fueran duraderos, habituales y fáciles de obtener y de trabajar. Además se buscaba una imagen de serenidad, un difícil equilibrio entre lo discreto y lo solemne, entre lo sencillo y lo rico en matices. La especial puesta en valor de Ecoproyecta ha sido incidir en la selección de materiales obtenidos en puntos cercanos al lugar de trabajo, siguiendo criterios de arquitectura kilómetro cero.
El ladrillo de los muros y del pavimento se fabrica artesanalmente en Valentín, un pueblo de la zona noroeste de la Región de Murcia (España) con larga tradición en cerámica y que ha acabado dando nombre a este tipo de ladrillo hecho a mano y secado al sol.
Esto hace que se conformen piezas irregulares en su forma y también en su color, lo cual se traduce en una piel con mucha textura. Esta piel ha sido rematada con mortero blanco, mediante una carga muy fina, que deja asomar al ladrillo debido a las irregularidades que éste presenta.
El resultado es el de una tapia antigua, algo por lo que parece haber pasado el tiempo, erosionándolo y mostrando el ladrillo oculto.
El mármol Macael, procedente de esta localidad almeriense cercana a Murcia, es conocido por su blancura interrumpida por betas oscuras. Se utiliza en este proyecto para formar las lápidas de los nichos y también para forrar parte de las paredes interiores, así como los faldones inferiores de cubierta.
Obra: Panteón familiar
Autor: Ecoproyecta [Pablo Carbonell Alonso – Juan Miguel Galera Miñarro]
Constructor: Vilaria
Año: 2013
Emplazamiento: Murcia (España)
Fotografías: David Frutos
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