La forma del local, resultante de la unión de dos bajos, y los accesos condicionan la disposición final de las diferentes zonas. En el programa de necesidades se requería una cocina muy amplia que, como premisa, debía quedar abierta al comedor. La primera decisión pasa por ubicar ésta y un pequeño reservado en la zona que se corresponde con el local originalmente más amplio, reservando el que cuenta con tres fachadas para la sala.
Lo que unifica la zona de comedor es el tratamiento diferenciado del segundo falso techo de láminas de madera y el revestimiento perimetral interior del cerramiento de fachada; se trata de un trasdosado formado por tablones de madera de pino sin cepillar que, en los huecos, se transforma en contraventanas correderas que permiten posiciones diversas. De esta forma, además de reforzar la continuidad espacial del comedor, se contribuye a mejorar notablemente el acondicionamiento acústico y térmico, se elimina una referencia tan directa a la rígida composición exterior de huecos, permitiendo múltiples variables en lo que se refiere a iluminación natural y vistas, y se consigue una escala más agradable, al componer este alzado interior de acuerdo con una altura inferior a la exigida para el techo del local.
En la zona de acceso público se dispone un vestíbulo acotado agrupando en torno a él una barra de servicio de sala, un mueble de apoyo y los aseos. Se origina así, un tamiz entre la recepción y el resto del local. Así mismo, se construye un filtro entre la cocina y el comedor mediante la combinación de tabiquería y muebles de servicio.
Se proyecta un foso perimetral en el revestimiento de madera con el que se resuelve la luz de ambiente. Una colección de luminarias suspendidas orientables, con regulación independiente, resuelven la iluminación principal de cada una de las mesas.
En relación con la idea del cliente de servir una cocina de autor basada en el producto gallego y en sus formas tradicionales de presentación y consumo se diseñan individualmente cada una de las doce mesas de madera del comedor.
Obra: Restaurante Pedro Roca
Autores: ARKB – arrokabe arquitectos
Colaboradores: Manuel Pombo Nartallo
Instalaciones: Inous, enxeñería global
Emplazamiento: Santiago de Compostela, A Coruña, Galicia, España
Año: 2008
Fotografía: Bernardo Diéguez, Fuco Reyes
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