Una de las funciones esenciales de la arquitectura es el abrigo, la protección frente al clima y sus variables manifestaciones. Con independencia de la época o área geográfica que se quiera determinar, desde la cueva al rascacielos, todos los espacios que han cobijado a los hombres han domesticado el afuera y reconfortado ante la intemperie. La casa japonesa, sin embargo, por alguna extraña y seguramente fascinante razón, procura una cierta indiferencia ante la meteorología caprichosa de este país-archipiélago situado entre tifones, movimientos telúricos y vientos tropicales o siberianos.
La construcción de la casa japonesa establece un armazón articulado de madera envuelto en tejidos naturales, fibras vegetales, bambú y generosas carpinterías correderas shōji formadas mediante un bastidor de madera ligera y hojas de papel traslúcido: arquitectura de una refinada fragilidad.
Pero
¿cómo resguardarse de la nieve o los vientos siberianos que atraviesan el país de oeste a este durante el invierno? ¿Cómo ser arquitectura, sin abrigo?
Tan solo la cultura se presta a responder una pregunta tan osada: la ceremonia del té no solo templa el interior del cuerpo a la vez que excita el metabolismo, el kama1 se enrasa con el suelo y ocupa una posición rehundida convirtiéndose en radiador cercano y efectivo para el usuario. La posición arrodillada reduce la superficie de contacto entre el cuerpo y el ambiente, mientras las múltiples capas del kimono2 actúan como un aislamiento cercano, delicado y removible. Tal vez ninguna arquitectura pueda soportar por sí misma las mareas de la vida.
La atmósfera cálida que envuelve el cuerpo contrasta con la sombra densa del aire gélido. En palabras de Saitō Riuku,
“el refinamiento es frío”.3
Junto al tokonoma, el inmóvil habitante interior pudiera ser una de las representaciones más reales de la calma y el vacío «un pedazo de la concha de la tortuga celeste»4 en la ceremonia del frío.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Junio 2014
Autor de Parráfos de arquitectura #arquiParrafos
Notas:
1 El Kama es el recipiente de metal que contiene el té; se introduce en un brazer de hierro (Furo) bajo el suelo que sirve para mantener el calor.
2 El Kimono es el vestido tradicional japonés.
3 Junichirō Tanizaki, El Elogio de la Sombra, Madrid, Siruela, 2001, pág. 17.
4 Lezama Lima, fragmento del poema “El Pabellón del Vacío”, en Fragmentos a su imán, 1978.