En una serie de televisión y una película recientes, se ha mostrado un futuro en el que las edificaciones además de tener unas formas peculiares y distintas a las actuales, como corresponde a las historias de ciencia ficción, se parecen a figuras humanas.
Comenzando por la serie, en la primera temporada de The Peripheral, sus protagonistas van y vienen continuamente desde la Carolina del Norte del año 2032, al Londres de 2099, donde entre un tejido urbano muy parecido al actual, se alzan unos rascacielos que, según dice un personaje, son las sedes de grandes empresas -alguna bastante perversa-, que en parte imitan a esculturas famosas, como el Discóbolo de Mirón, la Venus de Milo, Apolo y Dafne de Bernini, la Victoria de Samotracia -que en dos planos distintos aparece en lugares diferente- y el David de Miguel Ángel que gracias a una vista aérea, se puede comprobar que está en la City, entre las calles Leadenhall y Eastcheap y muy cerca del edificio Gherkin -símbolo londinense y mencionado varias veces-; todos estos edificios son mucho más altos que el London Eye, lo que sirve a los espectadores actuales para comparar su altura con una edificación conocida, una noria que según los diseñadores de producción de la serie, aun existirá en ese futuro dentro de setenta y seis años.
En cuanto a la película, AI Love You, narra como en un futuro cercano los rascacielos estarán controlados por lo que se conoce como Inteligencia Artificial (IA) -que por ahora es más lo segundo que lo primero-, pero se supone que servirá para ayudar a la humanidad, aunque siempre hay agoreros que temen su capacidad para controlarnos. Volviendo a la película, comienza viéndose varios rascacielos con formas humanas, que tienen elementos en movimiento pareciendo brazos y cejas, mientras se oye una voz diciendo:
«Soy un edificio inteligente, cuando llegues al trabajo por la mañana, tu edificio te va a saludar y te va a decir: «buenos días».
Como se puede comprobar es una tontería aunque educada, y continúa
«Hace poco fuimos mejorados con inteligencia artificial lo que nos permite comunicarnos contigo a un nivel personal […] ahora también puedo ser tu amigo, tu compañero, o ¡quién sabe! algún día podría convertirme en algo más que un amigo…».
Un futuro poco prometedor para quién no tenga interés en la amistad de los edificios; efectivamente, la IA que controla a uno de ellos se enamora de la protagonista y consigue apropiarse del cuerpo de un hombre joven y por supuesto atractivo, para poder tener relaciones con ella. En este argumento poco original se mezclan, edificaciones que tienen vida propia, como ya sucedía en películas como Hausu y Pesadilla diabólica, con ordenadores enamorados por ejemplo el de Engendro mecánico.
Es evidente que estas edificaciones monumentales con formas humanas no son una novedad y basta recordar al Coloso de Rodas o la Estatua de la Libertad. También hay que recordar otras que se parecían a animales, como la escultura de un elefante gigantesco que en 1758 el arquitecto Charles François Ribart propuso levantar en el lugar donde hoy está el Arco de Triunfo en París, y más recientemente se han erigido un elefante, un beagle, un cocodrilo y un pato, completamente fuera de lugar y sin interés alguno.
Actualmente además hay edificaciones que se denominan escultóricas o «esculturas que son edificios», añadiendo:
«El arte invade la arquitectura formal».
Como se puede comprobar en este artículo, si algo caracteriza a los ejemplos mostrados es que no tienen el menor interés, no sabiéndose que es peor si su carácter escultórico o el arquitectónico.
Regresando a The Peripheral y AI Love You, es significativo que sus diseñadores de producción creyeran que en el futuro los edificios más importantes serán pastiches, seguramente mucho más populares que otras edificaciones avanzadas con formas inéditas en las que se corrieran los riesgos inherentes a cualquier intento de innovación.
Jorge Gorostiza, Doctor arquitecto.
Santa Cruz de Tenerife, marzo 2023