“A Cedric Price le gustan los libros, pero no le gusta hacerlos –es de la opinión de que requieren demasiado tiempo y para cuando están preparados ya ha pasado su momento.” Con estas palabras inicia Samantha Hardingham la introducción de Opera. Afortunadamente este no es un texto de arquitectura como aquellos a los que estamos acostumbrados, de manera que es difícil pensar que haya pasado su momento. Más bien opino lo contrario.
Uno no escribe sobre el trabajo de Cedric Price como cuando escribe sobre el resto de la arquitectura del último siglo. Las palabras son diferentes, el mensaje es distinto. Kester Rattenbury lo resume de manera admirable: “el placer reside en la actividad, la perspectiva, la posibilidad, la oportunidad. El objeto en sí no tiene la condición religiosa que nuestra cultura profesional generalmente invoca.”
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David H. Falagán
Cedric Price: Opera
Samantha Hardingham (ed.)
Wiley – Academy, 2003
+ artículo publicado en Arquilecturas