Contexto histórico
Ubicado en el ayuntamiento ourensano de Montederramo, en plena Ribeira Sacra, el monasterio tiene su origen en la antigua iglesia de San Juan, pero fue fundado como tal en el año 1142 por Doña Teresa, hija de Alfonso VII.
Se unió a la Congregación del Císter en el año 1528, y en ese momento comienzan a realizarse importantes trabajos de rehabilitación que concluyen en el año 1607, con el grabado en el remate de la fachada de la iglesia.
A principios del siglo XVIII el monasterio entra en una espiral de decadencia que culmina con las desamortizaciones del siglo XIX, que arruinaron buena parte de su fábrica y dejaron maltrecha el resto del monasterio que se conservó, hasta que en el año 1951 es declarado Bien de Interés Cultural, siendo a partir de entonces y hasta la fecha, objeto de actuaciones de restauración de diferente índole con el objetivo de recuperar el monasterio.
Proyecto de rehabilitación
En el año 2016, el prestigioso estudio de arquitectura BAB Arquitectos SLP elabora el Plan Director para la restauración y revitalización del conjunto, dentro de cuyas actuaciones se recogen las obras de emergencia en las zonas más dañadas para eliminar las graves filtraciones de agua que se estaban produciendo a través de la cubierta.
Además de filtraciones, las cubiertas presentaban problemas de corrimiento de las tejas de la cobertura, presencia de vegetación en la cubierta por falta de mantenimiento o problemas en bajantes y canalones.
En total, el proyecto plantea rehabilitar una superficie de cubiertas cercana a los 900 m2, dando comienzo a los trabajos en el año 2020.
Las obras en cubierta han sido ejecutadas por la empresa especializada Sergonsa y con el arquitecto Víctor Grande Nieto como director de obra. Las principales labores a realizar incluyeron la retirada de la cobertura, desamiantado y encuentros y arrimos que presentaban las cubiertas del presbiterio, transepto, crucero y de la sacristía sobre el que se ejecutó una cubierta ventilada según el Verea System, eligiendo como cobertura final la teja curva 40×15 modelo .
La ejecución de la cubierta siguiendo los criterios del sistema Verea implica, entre otras labores, la fijación mecánica de todas las tejas cobija mediante tornillos y/o ganchos de acero inoxidable, garantizar la entrada de aire en las zonas de alero mediante la colocación de un peine perforado de acero inox., y asegurar la circulación de este aire, y por tanto su renovación, mediante su salida por la zona de cumbrera y limatesas gracias a la colocación de unas tejas de mayores dimensiones, mecánicamente fijadas a un conjunto de perfiles metálicos, y asegurando la estanqueidad de esta zona con láminas impermeables transpirables.