Podría resultar divertido, si no fuera porque estamos hablando de un señor muy serio y de gran prestigio, leer un texto como el que Patrik Schumacher (socio de Zaha Hadid desde publicó hace en el año 2010 en The Architects’ Journal haciendo una apología del estilo paramétrico (parametricism en inglés), digna de tiempos muy antiguos. El texto, cuyo beligerante título era nada menos que Let the style wars begin (Que comience la guerra de los estilos), arrancaba apoyándose en el Manifiesto Paramétrico que el propio Schumacher había lanzado en 2008.
Esta aspiración estilística universal, casi un llamamiento a una hermandad de arquitectos en torno a lo paramétrico, lícita en todo caso, se apoya en algunas afirmaciones más que discutibles, muchas de ellas respondidas por Adam Nathaniel Mayer en su artículo de pocas semanas después Style and the Pretense of `Parametric´Architecture. Nosotros queremos fijarnos en una en concreto, que es la de que el post-modernismo y el deconstructivismo fueron, en opinión del Doctor Schumacher, meros episodios de transición, similares al art nouveau y al expresionismo, como transiciones del historicismo al movimiento moderno. Tal afirmación nos llevaría rápidamente a debatir la definición de estilo, y ese debate es sin duda absolutamente caduco (cadáver, que diría Andrés Perea), cuando lo interesante, en nuestra opinión, es aceptar que los estilos no son más que etiquetas o acuerdos del lenguaje, más o menos acertados o discutibles, para poder entendernos agrupando en categorías y grupos cuando detectamos ciertos elementos comunes en la arquitectura, o en cualquier otra disciplina.
En cambio, sí nos hubiera parecido mucho más interesante que Schumacher hubiera hecho referencia, en su decidida apuesta por el estilo paramétrico como “respuesta creíble y sostenible a la crisis del movimiento moderno que resultó en veinticinco años de búsqueda estilística”, al texto de John Summerson de 1957 publicado en el Journal of the Royal Institute of British Architects. En él, con el título The Case for a Theory of Modern Architecture, transcripción de una conferencia del propio Summerson, éste afirma que “el programa como el origen de la unidad es el único principio nuevo relativo a la arquitectura moderna”, esto es, aparte de otras consideraciones como la de la autoridad incuestionable de la unidad como principio que ha sustituido el que antes ocupaba la antigüedad, que sólo a través del programa, la unidad resultante puede, en opinión de Summerson, “ser descrita como una unidad de un proceso”. Aparecen así dos términos clave en la arquitectura paramétrica: programa y proceso, en las que Schumacher podría haberse apoyado con más decisión para justificar su particular guerra de estilos.
Como vemos, el debate no es exactamente lo que podríamos llamar un asunto nuevo sino que sus raíces, no ya en cuanto al debate sobre qué es un estilo o no, que actualmente no interesa, si no en cuanto a cuáles son los principios de una arquitectura verdaderamente moderna hoy donde, desde luego, el parametricismo tendría un lugar, a menos hasta que pasara de moda, como vaticina Adam Nathaniel Mayer, se remontan al menos a cincuenta años atrás y ya Summerson entonces se preguntaba también si “la posición de un arquitecto preocupado por la expresión o el estilo no era la de un hombre que estaba buscando a tientas por el camino de regreso al clasicismo o al neoclasicismo, o, por expresarlo de la manera más exacta posible, al criptoneocaliscimo”.
¿Acaso hay que buscar ahí al Doctor Schumacher? La respuesta, de nuevo, podríamos encontrarla en textos coetáneos al de Summerson y, concretamente en Orígenes y tendencias de la arquitectura moderna, artículo de Mattew Nowicki publicado en Nuestra Arquitectura en 1955 donde ya advertía que “en la abrumadora mayoría del diseño moderno, la forma sigue a la forma y no a la función”, y de ello es probablemente de lo que tendrían que ocuparse los apóstoles del parametricismo y así, mostrándose sinceros y partiendo de verdades que todo el mundo entiende como la de su incansable búsqueda formal, podría construirse un marco, utilizando las palabras del Doctor Schumacher, creíble y sostenible que respondiera a la crisis de la modernidad.
Texto por bRijUNi arquitectos: Beatriz Villanueva Cajide -Arquitecto y Master en Proyectos Arquitectónicos Avanzados (ETSA Madrid)- y Francisco Javier Casas Cobo -arquitecto y Master en Teoría, Análisis e Historia de la Arquitectura (ETSA Madrid).