He encontrado un artículo escrito por David W. Griffith publicado en The Film Daily el 22 de junio de 1924, con permiso de Collier’s Weekly, titulado «The Movies 100 Years From Now».
Siempre es arriesgado predecir lo que ocurrirá en el futuro y pocas veces, a pesar de lo que digan algunos videntes, se acierta. En este caso es curioso que el cineasta dude que en 2024 haya cine sonoro, pero sin embargo, según él, habrá orquestas en todos los cines y las películas serán en color.
En cuanto a la proyección escribe que «las líneas aéreas de pasajeros tendrán espectáculos con películas en sus horarios regulares entre Nueva York y Chicago y entre Nueva York y Londres. Los trenes, que viajarán a una velocidad dos o tres veces superior a la actual, tendrán cines a bordo. Casi cada casa de buen gusto tendrá su habitación de proyección privada donde fragmentos, quizás, de grandes películas serán mostradas a la familia y, desde luego, las familias harán sus álbumes con imágenes en movimiento en lugar de con ferrotipos y fotografías. En los vapores habrá estrenos de películas que les llevarán aeroplanos en mitad del océano, y puedo añadir que casi todas las materias de nuestros colegios se enseñarán en gran parte con la reproducción de imágenes y películas educativas».
Es evidente que en 1924 era difícil prever la multitud de pantallas que nos rodean en 2011, ni la cantidad de espacios arquitectónicos diversos donde están situadas.
Griffith también escribe que en 2024 las películas serán «casi como las personas vivas o los objetos existentes» por lo que «serás incapaz, sentado en el asiento de la platea, de determinar si son imágenes o la realidad». Eliminar la tenue línea que separa a la realidad de la ficción ha sido siempre uno de los objetivos de quienes crean esas ficciones y se ha intentado con pantallas panorámicas, películas con olor, relieve, etc.
Como anécdota y para finalizar, se puede añadir que Griffith prevé que las localidades en 2024 costarán «no menos de 5$», evidentemente el director se queda corto en su apreciación y se quedaría asombrado de cuánto cuesta ya en 2011 una entrada, así como del volumen de negocio que se mueve alrededor de un medio que él revolucionó.
Jorge Gorostiza, arquitecto. Autor del blog Arquitectura+Cine+Ciudad
Santa Cruz de Tenerife, julio 2011