El mercado
El mercado es un punto de intercambio, compra y venta, un lugar de encuentro e incluso, en la actualidad, un punto de interés cultural.
En estas polivalencias de funciones y definiciones, se concluye que el mercado, cuando es funcional, se convierte en un punto de referencia en un lugar. Es precisamente en la importancia de la función, la forma o la escala donde se diseña y construye el espacio urbano.
El mercado actual de Caminha no está integrado en su emplazamiento ni destaca por su función.
Se presenta como una construcción adulterada por el tiempo y las necesidades, un edificio provisional que intenta responder a las demandas propias de su función como mercado. Los problemas estructurales, el deterioro de los revestimientos y las soluciones temporales para el desgaste de la cubierta plantean dificultades para cumplir con el programa, la accesibilidad, la higiene, la seguridad contra incendios y los reglamentos de uso.
Es un edificio que requiere un mantenimiento constante en un intento de corregir los problemas que surgen por el rigor de las estaciones y el paso del tiempo. En estas condiciones, consideramos que la demolición completa del edificio es la opción más económica y viable.
El nuevo mercado surge a partir del análisis del sitio y su función
Se integra en la ubicación mediante un fuerte diálogo con el paisaje natural y urbano, sin descuidar la importancia de los flujos existentes en la localidad.
El sitio, la Plaza Pontaut Combault, representa un vacío urbano con diferentes enfrentamientos: el tejido urbano al este, el mercado vacío al sur y el frente fluvial del Miño al oeste.
El edificio propuesto busca relacionarlos a través de su ubicación, forma y organización programática. El interés del público se capta mediante su forma homogénea, racional y serena, así como por la materialización del color y la luz. Con un volumen paralelepipédico de líneas rectas, el edificio se rodea de una estructura rígida de pilares, componiendo una galería exterior que actúa como “protección” para los usuarios.
Toda esta rigidez representa para nosotros la fuerza que un edificio público debe poseer en la trama urbana, la cual, a su vez, se rompe por el movimiento creado por los juegos de luz y sombra. Este movimiento ofrece diferentes perspectivas del volumen a lo largo del día.
El volumen entero está construido en hormigón. Su carácter resistente, funcional y “frío” se contrasta con el revestimiento de piedra Molianos, amarilla, noble y “cálida”, en la base. Es así como, a la escala del hombre y los materiales, el proyecto abraza la nobleza y el carácter de referencia de una localidad tan pintoresca como Caminha.
En la unión de forma, función, escala y materialización, reconciliamos un conjunto de premisas que establecen relaciones con el entorno y con el individuo. No damos la espalda al frente fluvial, cuidamos la relación con la feria y aseguramos que la entrada esté orientada hacia el pueblo, como corresponde.
Concluimos que la zona técnica debería estar vinculada a una nueva plaza creada al norte, una plaza que libera al mercado del edificio vecino y abre el horizonte hacia los equipamientos existentes en el tejido urbano.
Dada la falta actual de relación interior-exterior entre el volumen y su entorno, diseñamos un volumen simple con planos transparentes que invitan al usuario a entrar o, desde el interior, a disfrutar de las vistas.
Es a escala humana, a nivel del suelo, donde los elementos transparentes nos permiten vislumbrar desde el exterior la función y la vida dentro del volumen. Estos momentos proyectan iluminación natural al interior y crean relaciones visuales con las dos realidades circundantes: el pueblo y la ribera del río Miño.
El interior del edificio está revestido con pintura epoxi lavable e impermeable hasta la altura de las aberturas (dos metros y medio) en todas las paredes interiores, permitiendo una higiene efectiva. Esta línea visual creada por el cambio de materiales se hace evidente en todo el volumen, tanto por dentro como por fuera, creando así una sensación de elegancia y ligereza.
El espacio interior se organiza en tres secciones: una al sur con tiendas de acceso exterior e interior y servicios sanitarios, un área central pública – mercado de pescado y frutas –, y un área técnica y restringida al norte.
La sección técnica al norte incluye vestuarios, una zona con cámaras frigoríficas individuales, un espacio administrativo y un área exterior para residuos, físicamente separada de las demás y accesible por una ruta independiente. Esto asegura que las operaciones de carga y descarga o el acceso al edificio no interfieran con las demás actividades.
El área de personal actúa como bisagra entre lo público y lo privado. Los vestuarios y las cámaras frigoríficas tienen rutas y salidas autónomas, sin intersección con la circulación del público general. La administración se relaciona con el espacio de ventas.
Al sur, la fachada principal está compuesta por cuatro espacios comerciales autónomos, todos con acceso directo al interior del mercado y a los servicios sanitarios comunes. Estos espacios pueden cerrar su acceso al mercado según los horarios de cada negocio.
El espacio central, el mercado, es el corazón del programa que dignifica el volumen. Es un gran espacio con techos altos y una escala “monumental”, profundamente bañado por luz natural y vistas a través de los planos transparentes de las fachadas. Aquí se desarrolla el acto principal del programa, el punto de encuentro para los usuarios. Al estar inundado de luz natural, que varía con la posición del sol a lo largo del día, se crea un escenario emocional y dinámico, característico de la imagen y la experiencia de un mercado.
Obra: Mercado Caminha
Autores: Loftspace y Tiago Sousa
Arquitecto Responsable: Rui Correia y Tiago Sousa
Ubicación: Caminha (Portugal)
Año de Conclusión de la Obra: 2023
Área Total Construida (m²): 900 m²
Constructora: AMC
Ingeniería: INCASE Lda
Proyecto Luminotécnico: INCASE Lda
Acústica: INCASE Lda
Ingeniería Hidráulica: INCASE Lda
Ingeniería Térmica: INCASE Lda
Ilustraciones: Tiago Sousa
Decoración de Interiores: Rui Correia y Tiago Sousa
Fotógrafo: Ivo Tavares Studio