En el mundo del siglo XX, poblado como nunca antes por artefactos técnicos y obras que aspiran al estatus de arte, diversas corrientes modernistas quisieron poner en circulación otra familia de objetos, que no pudieran ser catalogados ni como técnica ni como arte y que tuvieran como primera razón de ser la modificación radical de lo existente.
El invencionismo argentino fue una de esas corrientes. Nacido a mediados de los años cuarenta, pese a su corta existencia incubó las líneas importantes del arte argentino, como Madí, el Arte Concreto-Intervención y el Perceptismo.
Alejandro Crispiani nos presenta aquí un estudio que parte del invencionismo para reconstruir la trayectoria de su impulso radical en dos direcciones, la que lleva a la arquitectura y la que lleva al diseño industrial, y en ambos casos en un territorio distinto de aquel en que se originó, el Chile de las décadas de 1950 a 1970.
Objetos para transformar el mundo
Así, este libro traza por primera vez las relaciones entre el arte invencionista argentino, la Escuela de Arquitectura de Valparaíso (promotora de algunas de las más osadas iniciativas de vanguardia de la región) y las experiencias del Grupo de Diseño liderado por Gui Bonsiepe (una inmersión del diseño industrial europeo de avanzada en la realidad social y política latinoamericana plena de consecuencias); dos experiencias, estas últimas, que pasaron por un momento particularmente álgido en lo relativo a su naturaleza y aún a su propia existencia a comienzos de los años 1970, cerrando el ciclo modernizador iniciado en la posguerra.
Objetos para transformar el mundo, combina la historia de la arquitectura y el diseño, la historia del arte y la historia intelectual para poner luz en el entretejido de intenciones estéticas ambiciones filosóficas y aspiraciones políticas que constituyó la propia matriz de este fascinante episodio de contactos culturales y viajes de ideas y personas a uno y otro lado de la cordillera.