“Construir y pensar son siempre, cada uno a su manera, ineludibles para el habitar” que decía Heidegger y de esa premisa parte la arquitectura popular mostrando un fiel reflejo de una forma de vida y de unas tradiciones apegadas a sus gentes y su territorio.
Esta arquitectura, un patrimonio que se conserva, en gran parte, gracias a la durabilidad de los materiales de la zona y técnicas de construcción empleadas adecuadas al medio (clima, territorio, etc). Por todo ello los elementos pétreos son los más comunes ya que favorece el uso de elementos estables al agua (muros de piedra) frente a materiales que pudieran verse rápidamente dañados por su acción (muros de tapia o adobe).
La piedra, en general, es uno de los material más empleados principalmente para la construcción de muros y pilares. Pero también la podemos encontrar en los enlosados, mientras que las cubiertas principalmente se conforman de teja o pizarra. Esta sinergia de material y uso da como resultado una arquitectura sencilla, firme y funcional perfectamente ejecutada en la disparidad de construcciones que podemos encontrarnos.
Esta arquitectura tradicional, fruto de la experiencia y de la herencia cultural que iba pasando generación tras generación ha perdurado hasta nuestros días. Pero estos nobles materiales, como la pizarra, ¿qué pueden aportar actualmente a la arquitectura? Pues que comiencen a recuperar su normalidad “permitiendo soluciones contemporáneas y de acomodo con la tradición”, como bien apunta Carlos Quintáns.
La pizarra, que es un producto mineral totalmente inerte y ecológico y con un proceso de producción sencillo y eficiente, aportan, a parte de su belleza de lo natural, una elección más ecológica y sostenible.
La pizarra natural se ha empleado principalmente como elemento de cubierta por sus propiedades técnicas inigualables, es impermeable y su facilidad para ser exfoliada en láminas de tan solo unos milímetros de espesor.
“Es una obviedad pero valoro mucho todos los formatos en la que podemos encontrarla, posibilitándonos una variedad de uso; la variabilidad que aporta con esa posibilidad de ofrecer un color negro apagado hasta en ocasiones brillos casi metálicos y también la captura del tiempo que pueden llegar a realizar con los depósitos que sobre ella se acumulen y la vegetación que atrapa.”
Carlos Quintáns
La facilidad con que se trabaja la pizarra permite adaptar las losetas a muchos y variados tamaños y formatos comerciales, con lo que se obtiene productos prácticamente diseñados a la medida de cada necesidad. Las cualidades físico-mecánicas de la pizarra y sus especiales formatos le permiten adaptarse a todo tipo de superficies, ya sean planas o curvas e independientemente del grado de inclinación.
“La pizarra se somete únicamente a los procesos de extracción y labrado, sin requerir tratamiento adicional alguno. La sencillez de su proceso productivo, que no requiere la utilización de materiales artificiales, altos hornos o productos químicos, la convierte en la alternativa sostenible para cualquier proyecto.”
Esta facilidad de adaptarse a todas las superficies y sus incomparables cualidades físicas, ha propiciado que la pizarra pueda emplearse en fachadas como el sistema CUPACLAD®, sistemas de fachada ventilada con pizarra natural. El uso de pizarra tectónica de alta durabilidad, los nuevos sistemas de fijación, y la eficiencia de la fachada ventilada convierten a CUPACLAD® en una alternativa competitiva y sostenible para el revestimiento de tu fachada.
“La pizarra aporta lo que siempre ha hecho, es la arquitectura contemporánea la que parece haberla redescubierto y hoy en día podemos hablar de magníficos ejemplos de arquitectura realizados con pizarra.”
Carlos Quintáns
Dentro de esta línea y aprovechando los avances en investigación podemos observar como estos materiales se desarrollan y combinan para dar lugar a nuevas sistemas de productos como THERMOSLATE®, un sistema solar que utiliza las propiedades de la pizarra natural, transformando la luz solar en energía.
Por tanto podemos, y debemos, buscar nuevos retos dentro de las capacidades de los propios materiales y no desterrarlo por el simple hecho de ser tradicionales.