La morfología urbana de Botarell, a los pies de la sierra de Prades, presenta unos límites muy difusos con el campo.
Esta casa se construye para una pareja muy joven y con pocos recursos en una parcela plana con vecinos a ambos lados situada en el límite entre un ensanche moderno del pueblo y el campo.
La estrategia de organización de la vivienda surge de la reactivación de la estructura geométrica latente de los campos de cultivo, pensados como eficientes sistemas de bandas paralelas. El paisaje como herramienta de proyecto.
La estructura social de las familias de este país ha cambiado en pocos años. Pau y Rocío son una pareja de jóvenes muy decididos que, recién cumplidos los 30, se embarcan en la aventura de construirse su propia casa.
Con la difícil situación económica en que vivimos parece algo sorprendente, pero este nuevo perfil de emprendedores es muy distinto al del modelo hipotecario que hizo estallar la burbuja inmobiliaria en España.
Esta es una pequeña casa pensada para ellos, dimensionada y contenida, sin excesos y en continua transformación… la escasez de recursos provoca la permanente inconclusión de la obra, que se irá completando con el tiempo… este carácter de indeterminación exige un proyecto de código abierto, receptivo al cambio.
Con los mínimos recursos económicos y energéticos posibles, se propone una estructura orgánica de crecimiento controlado mediante franjas de programa que sea capaz de crecer y adaptarse.
El haber trabajado en el campo explica su fuerte vínculo con la tierra, el paisaje agrícola del Baix Camp, y su determinación por vivir en este territorio. Desde el inicio son parte activa del proceso.
Una casa arraigada al territorio pero a la vez flexible y transformable, preparada para absorber los cambios familiares a lo largo del tiempo.
Botarell tiene una íntima relación con los campos de cultivo adyacentes. Situado a los pies de la sierra de Prades, la morfología urbana de esta población presenta unos límites muy difusos con el campo, tradicionalmente dedicado al cultivo de la vid, las almendras, las avellanas y los olivos. Un paisaje de secano caluroso y poco húmedo, con una luz intensa que confiere una atmósfera parecida a la de las pinturas letárgicas de De Chirico.
Esta casa se construye en una parcela plana con vecinos a ambos lados situada en el límite entre un ensanche moderno y el campo abierto, de manera que se entiende visualmente como una continuidad del paisaje agrícola.
La estrategia de organización de la vivienda surge de la reactivación de la estructura geométrica latente de los campos de cultivo, pensados como eficientes sistemas de bandas paralelas. El proyecto se piensa como un dispositivo que nace de un orden paisajístico ancestral que ha organizado el territorio desde su primera culturización.
El paisaje como herramienta de proyecto
La disposición del programa en bandas funcionales transformables que ocupan la máxima dimensión transversal permitida por la normativa persigue una solución lo más económica, lógica y eficiente posible.
La casa se organiza en gradientes de intimidad, se muestra introvertida por el lado de la calle y por los laterales, y se abre completamente al sur para garantizar luz natural, establecer una relación próxima con el exterior, minimizar las pérdidas térmicas y proteger la casa del fuerte viento del norte, que llega fácilmente a los 100km/h en numerosas ocasiones durante el año.
Estas elementales operaciones persiguen la materialización de un proyecto construido con los mínimos recursos energéticos posibles.
Con la utilización de materiales de siempre como la cerámica, el acero, el hormigón, o la madera, se intenta minimizar los transportes, utilizando a la vez las técnicas constructivas que dominan los industriales de la zona.
Con el aprovechamiento de las energías naturales se intenta minimizar el consumo de recursos energéticos del edificio, priorizando cuestiones como la orientación, la utilización de las aguas pluviales para el riego del huerto o los flujos de ventilación gracias a la posición de ventanas y puertas alineadas.
Esta casa está proyectada para un paisaje, una cultura, y unas personas concretas, vinculada con el territorio, y, a la vez, quiere ser sistema abierto y elástico, una estructura sencilla y flexible, multiplicable, reprogramable, que debería ser capaz de crecer junto a las necesidades de sus habitantes, completándose poco a poco, pensada para afrontar las turbulencias económico-sociales de los próximos años.
Obra: Casa para Pau&Rocío
Arquitecto: Arnau Tiñena
Arquitecto Técnico: Josep Anguera
Construcción: Construcciones Manuel Velarde MVC.
Localización: Botarell, España
Presupuesto Ejecución Material: 132.437€
Superfície: 148,18 m²
Año: 2010-2013.
Fotografias: Maria Rius, Jordi Ramos, Arnau Tiñena
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