Alrededor de unas ruinas y unos paisajes italianos casi siempre inmutables, observando las notas, fotografías y apuntes que deja el rastro del viaje, la contigüidad de las imágenes intenta imaginar cómo las distintas formas en que algunos arquitectos representan lo que nos rodea son una declaración de intenciones sobre su posición ante la cultura, el observador y la naturaleza.
La materia es inerte y muda, pero al arañarla, al rozar con la vida, al cambiarla de sitio, ya no sólo muestra lo que es, sino también lo que quisiera ser, su vocación y sus afanes. Una vocación que necesariamente expresa (y oculta) un entendimiento del mundo. Un entendimiento que puede ser visto casi en términos físicos…
Frente a la testaruda determinación de la naturaleza, el hombre y la mujer se sublevan a la búsqueda de un espacio mental propio, presidido por la libertad: libertad para situarse ante un mundo (imaginando que puede ser modificado) y una cultura (imaginando que puede ser entendido). Un espacio, pues, animado por el potencial de las cosas, como si en nuestro modo de yacer en el mundo pudiéramos reivindicar lo posible, aquello que puede ser hecho, frente al sentimiento que nos transmite la lejanía de la vida.
Luis M. Mansilla
Autor: Luis Moreno Mansilla
Director de la colección: Carlos Martí Arís
Colección: arquia/tesis
Nº de la colección: 10
Tema: Arquitectura y Sociedad