Contexto histórico
La Basílica de Santa María la Mayor, ubicada en el casco histórico de la ciudad de Pontevedra, fue construida entre finales del siglo XV y comienzos del XVI en unos terrenos en los que ya había existido una iglesia románica. Considerada la Iglesia principal de Pontevedra, es uno de los mejores ejemplos del gótico gallego. Consta de tres naves, cuya cubierta se ejecuta mediante bóvedas de crucería, siendo especialmente destacable por su belleza la portada de estilo plateresco que queda enmarcada entre dos contrafuertes.
La Basílica fue reconocida como ‘Bien de Interés Cultural’ en el año 1931 y fue declarada ‘basílica’ en 1962 por decreto del Papa Juan XXIII. Santa María cuenta además con la distinción de ‘Real Santuario’. En 2020, con motivo de la preparación para el año Xacobeo 2021, la Consellería de Cultura y Turismo aprobó un plan de rehabilitación para asegurar la estructura del templo, centrado en la restauración de la cubierta principal.
Proyecto de rehabilitación
El proyecto de rehabilitación de la basílica contempla la restauración de las carpinterías de las vidrieras, con el objetivo de mejorar las condiciones de ventilación, garantizar la estabilidad y seguridad de la crestería de la cubierta, limpieza y rejuntado con mortero de cal de las fachadas y, sobre todo, la reparación de la cubierta para detener el acusado deterioro que la entrada de agua estaba ocasionando en el templo.
Los trabajos realizados por Obras Gallaecia, recientemente finalizados, comenzaron en el último trimestre del año 2020 con un presupuesto total de 275.000 €, destinándose en su mayor parte a las labores previstas de restauración de la cubierta.
El proyecto contemplaba mantener la actual solución de cubierta (que cuenta con unos 900 m2 de superficie), formada por placa ondulada de fibrocemento y teja curva cerámica 40×15 roja, pero realizando una sustitución total de las piezas cerámicas, debido a su gran deterioro, y mejorando la ventilación del todo el sistema mediante la aplicación del sistema Verea (según DIT 622/16).
La ejecución de la cubierta con este sistema permite garantizar hasta 50 años la durabilidad de las tejas cerámicas, pero sobre todo algo que era muy interesante en este proyecto, debido a los problemas de humedades, como es la correcta ventilación de la cubierta, gracias a la fijación en seco de todas las piezas, la entrada de aire por los aleros y su evacuación por las zonas de cumbrera y limatesa.
Toda la fijación en seco de las piezas cerámicas se ha realizado mediante ganchos, grapas y tornillos de acero inoxidable o tratamiento Geomet 500B, lo que evitará posibles problemas de corrosión de estos elementos en un clima marítimo potencialmente agresivo como el que tiene la ciudad pontevedresa.
De gran importancia han sido también las labores ejecutadas en canalones y bajantes, siempre relevantes, pero más si cabe teniendo en cuenta que la basílica cuenta con faldones que superan los 20 metros de longitud.