El hormigón es, sin duda, el material constructivo más utilizado en el mundo. Su durabilidad, seguridad y versatilidad lo convierten en una elección clave para arquitectos e ingenieros en sus proyectos de edificación o de obra civil. Sin embargo, a lo largo del tiempo, su impacto ambiental, especialmente debido a las emisiones de CO2 generadas en la producción de cemento, ha sido una preocupación constante en el sector de la construcción.

Sin embargo, la evolución de la industria y la fuerte apuesta en innovación de los fabricantes de este material han permitido que este “cuestionado” material esté experimentando una transformación significativa hacia la sostenibilidad. De esta forma, sigue ofreciendo sus innegables ventajas y prestaciones sobre otros materiales, pero minimizando su huella ambiental y profundizando en su circularidad.
El cemento, ingrediente fundamental del hormigón, es responsable del 8% de las emisiones globales de CO2. Sin embargo, la innovación en aditivos y técnicas de producción está logrando mitigar este impacto. Nuevas soluciones permiten reducir la cantidad de clínker en la mezcla, optimizar el uso de agua y mejorar la eficiencia de los procesos constructivos.
Esto no solo disminuye la huella de carbono, sino que también mejora la calidad y durabilidad del hormigón y, por tanto, de los proyectos de edificación y construcción en los que se emplea.

Economía circular en la construcción
Uno de los avances más relevantes en la sostenibilidad del hormigón es la adopción de principios de economía circular. En lugar de considerar el hormigón como un material de un solo uso, hoy se desarrollan técnicas para reutilizar y reciclar los residuos de construcción y demolición. Procesos como la molienda avanzada y la carbonatación permiten reincorporar estos residuos en nuevas mezclas, cerrando el ciclo de vida del material y reduciendo la extracción de materias primas.

Empresas como Sika han asumido un papel clave en esta transformación. Su enfoque en la reducción de carbono, la eficiencia de recursos y el aumento de la productividad ha llevado al desarrollo de aditivos que optimizan el rendimiento del hormigón. Algunos de los beneficios tangibles de estos avances incluyen:
- Reducción de emisiones: Gracias a nuevas formulaciones, se pueden evitar hasta 65 millones de toneladas de CO2 al año. Con productos de la gama Viscocrete® y SikaPlast® se consigue utilizar los nuevos cementos de baja huella de carbono alcanzando las mismas prestaciones, resistencias y trabajabilidad que con los cementos predecesores.
- Ahorro de agua: Diseños optimizados permiten reducir el consumo de agua en 6.000 millones de litros anuales. Con productos de la gama Viscocrete® y ViscoFlow® se consiguen importantes reducciones de agua desde los hormigones preparados de planta, hasta el 40 y 50% de reducción de agua, por ejemplo, en hormigones de muy altas prestaciones.
- Mayor durabilidad y resistencia: Aditivos como SikaControl® y SikaRapid® mejoran la longevidad y el rendimiento del material, beneficiando directamente a los diseños arquitectónicos y estructurales.
- Mayor durabilidad y resistencia: Aditivos como SikaControl® y SikaRapid® mejoran la longevidad y el rendimiento del material, beneficiando directamente a los diseños arquitectónicos y estructurales.

El futuro del hormigón en la arquitectura
Los arquitectos tienen en el hormigón un material que no solo cumple con los estándares técnicos y estéticos, sino que también responde a las exigencias de sostenibilidad. La combinación de tecnología avanzada, economía circular y diseños eficientes está permitiendo que el hormigón deje atrás su imagen de material poco ecológico y se convierta en un aliado para la construcción del futuro.
Sika ha puesto en marcha recientemente la campaña «Circular Concrete», diseñada para destacar su compromiso con la sostenibilidad, la eficiencia y la durabilidad en el sector del hormigón. La iniciativa se apoya en un nuevo microsite interactivo que detalla cómo la empresa está transformando el futuro de este material a través de soluciones avanzadas y conocimiento especializado.

Esta campaña refuerza la estrategia de la compañía de poner en valor este potente material que ha quedado recogida en su Libro Blanco del Hormigón. Este documento es una guía detallada que explora las mejores prácticas y tecnologías para reducir la huella ambiental del hormigón. Aporta información técnica sobre aditivos innovadores, procesos de reciclaje y optimización de diseños de mezcla, ofreciendo a arquitectos, ingenieros y constructores herramientas clave para implementar soluciones más sostenibles en sus proyectos.
Además, recientemente, Sika también puso en marcha otra campaña para poner en valor las soluciones que alargan la vida de los edificios. “Dur(h)abilidad: la habilidad de durar”, está basada en el principio de que el futuro de las ciudades se construye con materiales que, como el hormigón, hacen que las infraestructuras duren y mantengan sus prestaciones desde el primer día.
Entre las obras de referencia en las que ha puesto su impronta de durabilidad Sika destacan el complejo residencial Torres Blancas, en Alicante; la Fundación Miró, en Barcelona; el puente de Toralla, en Vigo o las tribunas del Hipódromo de la Zarzuela, en Madrid.

Todos estos esfuerzos promueven una visión más responsable del material, los arquitectos pueden sentirse seguros de que sus proyectos no solo serán duraderos y funcionales, sino también más respetuosos con el medioambiente. El hormigón del mañana ya está aquí, y es más sostenible que nunca.