El término packaging muy habitual hoy en día, es un anglicismo no reconocido por RAE, que traducida por al español significa envase y que se define como “aquello que envuelve o contiene artículos de comercio y otros efectos para conservarlos o transportarlos.” Por tanto podríamos afirmar que packaging (o envase) es un producto arraigado en la sociedad y que su evolución es pareja la la sociedad de sus tiempo que ha ido cambiado y adaptándose a los nuevos requerimiento a lo lo largo y ancho del planeta, desde los tiempos de los faraones en el Egipto de los faraones, hace 3500 años a.C., hasta nuevos días.
Las necesidades de envase y embalaje han evolucionado tanto desde el punto de vista del propio diseño como desde la materialidad del producto a “conservar”, independientemente del tamaño de la empresa y siempre pensando en las necesidades de los consumidores, así lo entiendo en 1885 el empresario William Lever, cuando en plena revolución industrial decide comercializar su jabón envasado bajo la marca comercial Sunlight, dotándole de una personalidad innovadora y amigable consiguiendo así diferenciarse del resto de competidores de aquella época. Este cambio de pensamiento no se ha detenido hoy, ya el mundo del packaging es cada vez más competitivo, y empresas como embaleo ponen en el mercado nuevos productos como virutas de papel. Nuevo productos que responden y se adaptan a las nuevas necesidades de imagen y diseño de marca.
Hoy cualquier empresa, ya sea pequeña, mediana o grandes, debe preocuparse por su diseño corporativo y eso incluye los envases y embalajes seguirán evolucionando combinando calidad, diseño, tecnología e innovación. Además deben responden y conjugarse con las nuevos requerimientos sociales siendo sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
En definitiva, packaging debe aunar un serie de factores que reflejen los valores de la marca bien a través del diseño, materialidad (papel, vidrio, plástico o cualquier de derivados y/o combinaciones) y “experiencia” y que lo hagan un elemento diferenciador y por ende aumente el valor añadido del producto y la marca.
En esta línea, por tanto, el diseño del packaging pues es lo primero que el usuario percibe, bien sea en una estantería o a través de una imagen, ya que captará la atención de los posibles clientes, además de proporcionar información sobre el producto y de reforzar la imagen corporativa de la empresa o marca. Esta conjunción podríamos resumirla en tres bloques globales: el diseño, la cadena logística y la estrategia de marketing.
Desde el punto de vista del diseño, las opciones son infinitas desde el propio material hasta el estilo, minimalista, vintage, de patrones, figurativo, contemporáneo etc. si bien todas ellas deben escogerse de forma que representen los valores las marca, pues será más sencillo que los usuarios identifiquen a la misma.
Por tanto, el packaging es un elemento más a la hora de conformar la marca y debe tenerse en cuenta, pues un buen diseño y estrategia adecuada pueden aupar a un producto o marca.
Invertir en diseño de calidad, no es una garantía obviamente, pero sí necesario si se pretende sobresalir entre la competencia.