Building Seagram es probablemente una de las monografías arquitectónicas más humanas que se han publicado. En primer lugar porque su autora, Phyllis Lambert, proyecta sus propios recuerdos para reconstruir el proceso de diseño y construcción del edificio. En segundo lugar, porque no se propone la arquitectura como un acontecimiento histórico, sino como una historia en sí misma, cargada de relaciones, lecturas y matices fascinantes.
Por si alguien se pregunta “qué hace una chica como tú [Phyllis Lambert] en un sitio como este”, comencemos por el principio. Lambert, a quien muchos conocerán por ser la fundadora y responsable de la junta directiva del Canadian Center for Architecture de Montreal, fue la directora de planificación del Seagram Building. Su padre, Samuel Bronfman, había sido precisamente el fundador de las destilerías Seagram en Montreal. Cuando Lambert supo de las intenciones de su padre de construir una nueva sede en Nueva York, ella no se lo pensó dos veces y se postuló como “gestora” del proyecto –desde la selección de los arquitectos hasta la planificación de la construcción.
Lambert había mostrado su interés por las vanguardias artísticas europeas. En 1954, al inicio de esta historia, vivía en París intentando convertirse ella misma en una artista. Por ello, tras valorar diversas posibilidades, y aconsejada por Philip Johnson, no dudó en designar a Mies van der Rohe como arquitecto del edificio. El propio Johnson se convertiría en su socio en este proyecto, completando el trío Mies–Lambert–Johnson.
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David H. Falagán
Building Seagram
Phyllis Lambert
Yale University Press, 2013