La obra del británico James Stirling (1924‑1992) representa uno de los mejores registros de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, del periodo ideológicamente convulso y formalmente conflictivo que abarca desde la crisis moderna hasta la consolidación y posterior caída de la posmodernidad.
Un tiempo que sus formas, cambiantes y coyunturales, fueron capaces de capturar, confirmando la indudable importancia histórica y cultural de su arquitectura, si bien, aparentemente, a expensas de su capacidad para influir sobre la práctica arquitectónica contemporánea.
Permanencias en la arquitectura de James Stirling es una investigación que pretende contradecir este supuesto, que indaga en los términos que hacen posible la extraordinaria variedad y brillantez de su trabajo, pero aceptando la incoherencia estructural de la misma.
Se identifican para ello los conceptos, herramientas y mecanismos proyectuales que, matizados o manipulados, se emplean de manera constante a lo largo de las cuatro décadas que abarca su carrera y que constituyen la metodología con la cual el arquitecto se enfrenta a un contexto de duda.
Esta metodología que se revela, por encima de sus formas, como la aportación fundamental de Stirling al desarrollo de la cultura arquitectónica de su tiempo, anticipando y definiendo los términos —de nuevo— en que se producirá la revolución posmoderna. Estos términos siguen hoy, aunque no lo creamos, de plena vigencia.