Ignasi me dijo «Te gustará, te lo dejo». Y pasa a menudo que un libro aparece en el momento justo…Explico. Nueva carretera injustificable. Yo intento hacerme fuerte y sentir menos. Imposible. Enfadada y doliente, como dice Joan Nogué imagino venganzas y maldiciones. Y aparece la A-27. Esta duele mucho porque es la autovía estúpida, porque la veo crecer en paralelo a una carretera que ya existía, porque es ostentosa, ancha e invasiva, porque sigo su pista desde hace demasiado y porque hay crisis y el que debe pagar el aslfalto no debe tener dinero y la obra se alarga y se alarga y ese no acabar es tortura para el que mira. Y veo un reportaje y habla el sublime «director» de obra. Que es una obra totalmente necesaria y justificable ya que permitirá al usuario ahorrar diez minutos de recorrido. Señores ,seguimos en la era trogloditica en la que grande y rápido se asociaba a desarrollo con aplauso adjunto. Si, si, ya se que es el dinero el que manda. Que soy inocente pero no lela. La autovía Tarragona – Montblanc que, alucino, ya está en Wikipedia y si no me estoy equivocando sale en google maps un trozo que aún es tierra y vacío de olivos. ¿Marketing subliminal o tortura de jódete?
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Clara Nubiola